A mí me llaman porteño

Poema lunfardo

A mí me llaman porteño
por mi tono arrabalero,
fue un farol el lucero
que le dio luz a mi sueño,

Es como leño encendido
mi forma de chamuyar,
que no se puede apagar,
ni enterrarla en el olvido,

Cuando me llaman porteño,
a mí me causa placer
del Plata y su amanecer,
y el obelisco, soy el dueño,

Buenos Aires, sus veredas,
sus calles y sus balcones,
son las más bellas razones,
que a los porteños les queda,

Ser porteño es un orgullo,
del que nació ciudadano,
es el que tiende una mano,
y lo deschava el chamuyo,

Mezcla de asfalto y de yuyo,
de Riachuelo y rosedal,
del centro con su arrabal,
y del fuelle con su arrullo.