Las necrológicas

Poema lunfardo

Las piadosas siempre baten monumentos
de quien se toma el espiro sin quererlo
obligan al finao a ser, sin serlo
ejemplo de la yuga y del convento.

Y a él que quiso tan solo estar contento
con sus triunfos, sus fayos, sus paridas
lo apuran a cambiar de vida
y lo encanan sin tener el manyamiento.

¡Perra vida!, ¡ni morir tranquilo!
Te amura la güesuda y pa'remate
minga de fasos, ni yerba para el mate

Por eso, cuando no haiga moneda ya en el grilo
quitenme obligaciones, mi rescate
lo paga tata Dios, ¡él es mi fratte!