ducador y escritor. Realizó en su juventud algunos trabajos literarios, colaboraciones y poesías que se publicaron en revistas, así como una novela corta: La mujer libre.

Su producción empero, ha estado guiada por su profesión de educador; por tal motivo ha publicado para los escolares los libros: Ilusión, Arco iris, Campo labrado, Amor y trabajo y otros, como así compendios de enseñanza.

Fue profesor de historia de la Escuela Normal de Profesores N° 2, inspector técnico de las escuelas de la Capital Federal. Ha escrito varias canciones escolares y, con el mismo fin, abordó el folklore.

Para esta compilación se manifestó de la manera siguiente: «Allá por el año 1929, yo era miembro de la comisión directiva del Club Atlético Huracán y el club del globito tenía dos «hinchas» que nunca faltaban a sus encuentros, eran Barbieri y Aguilar, los dos guitarristas de Gardel. A ellos me dirigí un día manifestándoles que quería entrevistarme con el Zorzal Criollo a fin de hacerle una sugerencia con respecto a sus canciones. Me prometieron la entrevista.

«Quiso la suerte que la espera se abreviara: Gardel, en esos días iniciaba la propaganda de un producto norteamericano y, entre los importadores, figuraba un cuñado mío. Era una pomada para calzado y una de las canciones de la audición, un tango, se titulaba “Dos en uno”, composición escrita a propósito de la propaganda comercial, pues ése era el nombre del producto, aludiendo a la combinación de dos elementos.

«Lo vi en la radio, presentado por mi cuñado; con él estaba Aguilar. Le dije mi inquietud. Era el tiempo en que Gardel se dedicaba a cantar con preferencia letras de tangos del mayor sabor arrabalero. El argot real o inventado del bajo fondo estropeaba, para mí, la belleza de su voz.

«—¿Por qué, Gardel, usted que posee una voz que puede lucirse en todos los salones, se dedica casi exclusivamente, a esas canciones de estilo tan común? ¿Por qué no le da alguna preferencia a las canciones de letra culta?, le dije. Y Gardel, con un gesto que revelaba su asentimiento, me repuso: -«¡Qué le voy a hacer! Si los autores no me traen otra cosa».

«Terció, entonces, mi cuñado, diciéndome: —«¿Por qué no le escribís vos?» —«¡Como no!», agregó enseguida Gardel; Aguilar se ofreció para ponerle música. Yo me disculpé diciéndole que no me gustaba el tango.—«Yo no canto solamente tangos»..., aclaró Gardel.

«Quedó convenido que yo le escribiría letra para un vals. En esa época hacían furor las canciones de Ignacio Corsini como “La pulpera de Santa Lucía” y “La mazorquera de Montserrat”. Creí propicia esa veta histórica y elegí como asunto a Manuelita, la hija de Rosas.

«A la semana le entregué mi trabajo a Aguilar; le puso música y a Gardel le agradó. Lo llevó en su repertorio en una tournée por las provincias grabándolo luego».

Macías nació en Buenos Aires el 9 de julio de 1890, y allí falleció el 23 de junio de 1978.