José Felipetti

Nombre real: Felipetti, José
Seudónimo/s: Natalín
Bandoneonista, compositor y director
(8 octubre 1873 - 4 mayo 1941)
Lugar de nacimiento:
Buenos Aires Argentina
Por
Oscar Zucchi

uvo intensa actividad alrededor de 1910, fue uno de los pioneros del bandoneón, además de compositor, director y hasta editor de música. Tuvo su momento de popularidad por entonces, al frente de su Orquesta Natalín. Pero no llegó a grabar, lo cual lo convirtió en un desconocido sobre el que no se puede abrir opinión, salvo a través de sus tangos.

También compuso valses y uno de ellos, el que le dio un lugar en la historia de nuestra música, “Pabellón de las rosas”, grabado en numerosas ocasiones, desde Eduardo Arolas que lo hizo en 1913, pasando por Francisco Canaro y por Roberto Firpo, hasta Juan D'Arienzo en 1935.

El famoso Pabellón estaba en la entonces Avenida Alvear 2885 (hoy Avenida del Libertador), esquina Tagle, enfrente al Armenonville. Otros investigadores lo situaban en el número 1355.

Es poco lo que se conoce sobre su trayectoria. Integró y dirigió pequeños conjuntos de módicas aspiraciones, con presentaciones en cafés, prostíbulos y bailes populares.

Se sabe que actuó en un café ubicado en la actual Avenida Pueyrredón, entre las calles Sarmiento y Valentín Gómez, con José Martínez —en su debut— y el violín de Julio Doutry.

También, fue editor de partituras. Entre 1905 y 1910, tuvo su negocio en la calle Charcas 2288. En 1918, se mudó instalándose en la calle Costa Rica 4372, en el actual Palermo Viejo. Editaba obras propias y ajenas.

Investigué su obra y encontré 18 temas de su autoría. De la misma se destaca el tango “Los treinta y tres orientales”, escrito en colaboración con Alfredo Mazzeo y que Carlos Di Sarli llevó al disco en tres oportunidades en los años 1948, 1952 y 1955. También, la milonga “Todos te quieren”, que registró Ángel D'Agostino en 1944.

Un hijo suyo del mismo nombre y apodo, también con el bandoneón sobre sus piernas, intentó seguir los pasos de su mayor, pero nada dejó para brindarle una línea.

Extraído del libro El tango, el bandoneón y sus intérpretes. Tomo 2. Editorial Corregidor.