ació en Rosario, Provincia de Santa Fe, donde comenzó a estudiar música, al mismo tiempo que trabajaba en una compañía alemana. Cuando estalla la primera guerra mundial, la empresa se va del país y al quedarse sin trabajo resuelve dedicarse profesionalmente a la música.

Integró varios conjuntos hasta formar el suyo en 1918. Llegó al disco para el sello Columbia entre 1919 y 1920, con una serie de tangos que anticipan, buscando comparaciones en cuanto a su estilo pianístico, al gran Francisco De Caro. Obran en nuestro poder, registros de “Mosca muerta”, de Juan Carlos Cobián, “La viudita” y “Tata Dios”, del propio Vanzina, “Los indios”, de Francisco Canaro y “Amasijo”, de Alcides Palavecino, su violinista.

Participó desde su creación y, en varias ocasiones, en la Orquesta Típica Víctor. También orquestas teatrales.

Como compositor son numerosos sus títulos, aunque se destacan los creados en el período que va de 1915 a 1920. Ninguno trascendió su tiempo. Recorriendo partituras podemos nombrar, como curiosidad, “La pandorga”. Si bien esta palabra tiene significados diversos en cada país de Latinoamérica, aquí se le aplicó al cometa, hoy barrilete, aunque en realidad era un movimiento del brazo que lo sostenía en la altura para golpear a otro cometa vecino al suyo. Proviene de un juego de la antigüedad donde la finalidad era la misma, al torpe se le daba un golpe en uno de sus brazos.

Otros tangos suyos fueron: “Cachimbita”, “Carbonilla [b]”, “El porrazo”, “A la francesa”, “Trigo limpio”, “Así es”, “Pichicho”, “Convidá con alcohol”, “Convidá con chocolate”, “Que hacés de noche” y “De contrabando”.

El apodo que le endilgaron tenía su razón de ser, fue durante años oficial de policía.