Por
Abel Palermo

ste olvidado artista fue un destacado músico y bandoneonista, requerido por las orquestas de primer nivel y de muy distintos estilos, no sólo como instrumentista, también como arreglador y director. Tuvo la virtud de poseer un amplio concepto musical que le permitió lucirse con extremos tan opuestos como lo fueron Pugliese y D'Arienzo y, por supuesto, con su propia formación.

Nació en el barrio de Villa Crespo de la Ciudad de Buenos Aires. Sus primeras actuaciones las realizó a partir de 1935, integrando un trío de bandoneones junto a Manuel Daponte y Luis Bonnat, hasta que fue convocado por el pianista Osvaldo Pugliese para integrar su flamante orquesta.

El debut fue el 11 de agosto de 1939, en el histórico café El Nacional, de la calle Corrientes. Integraron esa primera agrupación: Osvaldo Pugliese (piano y dirección), Enrique Alessio, Osvaldo Ruggiero y Alberto Armengol (bandoneones), Enrique Camerano, Julio Carrasco y Jaime Tursky (violines), Aniceto Rossi (contrabajo) y Amadeo Mandarino (canto).

Enrique permaneció junto a don Osvaldo hasta fines de 1944. Podemos disfrutarlos en las grabaciones de 1943-1944, destacándose el estilo decareano de la orquesta, en los temas “Mala junta”, “Recuerdo”, “El rodeo”, “El remate”, “Amurado”, “Tierra querida” y “Mala pinta”. Es destacable, en esa etapa de Pugliese, el afiatamiento de la línea de bandoneones, con el insuperable trabajo en las cuerdas de Camerano y Rossi.

En 1943, se integraron los bandoneonistas: Esteban Gilardi y Oscar Castagniaro y el violinista Oscar Herrero.

La desvinculación de Alessio lo causó el requerimiento del exitoso cantor Alberto Castillo, para sustituir en los arreglos y en la dirección de su orquesta, al violinista Emilio Balcarce. La formación quedó integrada por: Enrique Alessio (arreglador y director), Ángel Condercuri , Luciano Leocata y Antonio Scelza (bandoneones), Armando Ziela, Alzidio Fernández, Frederik, Potenza (violines), Francisco De Lorenzo (contrabajo) y el excelente músico uruguayo César Zagnoli (piano).

En 1948 se reprodujo el mismo episodio, pero esta vez con la orquesta del cantor Alberto Marino, al desvincularse Emilio Balcarce de la misma, siendo convocado Alessio para conducirla. Su paso por la orquesta nos deja un registro: el tango “Mano cruel”.

Al finalizar el año, los directivos de Odeon, que ya conocían del talento del músico, a través de su paso por las orquestas anteriormente mencionadas, decidieron darle una oportunidad en el disco, como director de su propia orquesta. Así fue que registra cuatro temas, en 1949, los instrumentales “Tiny”, de Pedro Maffia, “El remate”, de Alberto Pugliese, “El recodo”, de Alejandro Junnissi y, con la voz de Mario Delía, “Mi Buenos Aires querido”.

Al año siguiente, ocurrió un hecho importante en la orquesta del maestro Juan D'Arienzo, fue la desvinculación de uno de sus puntales, su primer bandoneón y arreglador, Héctor Varela, quien iniciaría su exitosa etapa como director de su propia formación. Con éste también se fueron, el bandoneonista Alberto San Miguel y el cantor Armando Laborde.

A través de una sugerencia del bandoneonista Carlos Lazzari, D'Arienzo convence a Enrique para incorporarse a su orquesta, como primer bandoneón y arreglador la que queda integrada con: Enrique Alessio, Carlos Lazzari, Aldo Junnissi y Felipe Ricciardi (bandoneones), Cayetano Puglisi, Blas Pensato, Jaime Ferrer y Clemente Arnaiz (violines), Virgilio Victorio (contrabajo) y Fulvio Salamanca (piano).

El debut en el disco llegó con su tema: “Un tango para mi vieja”, con la voz de Alberto Echagüe, quien compartía las voces con Roberto Lemos, que reemplazó a Armando Laborde.

Durante siete años permaneció con D'Arienzo. Su alejamiento se produjo a raíz de un importante contrato que nuevamente le ofrece Odeon y rearmó su orquesta. Tuvo como cantores a Hugo Soler, quien había pasado por las orquestas de Alfredo Gobbi y Joaquín Do Reyes y al notable José Berón, hermano de Raúl, Elba, Rosa y Adolfo.

Alessio registró, con la voz de Soler, el tango “Ríe payaso”, con José Berón, “Milonguita”, “Por las calles del tango”, “Y no pediste perdón” y los instrumentales “La cumparsita”, y “Catamarca”.

Durante tres años tuvieron gran acogida, sus actuaciones en Radio El Mundo, en bailes, cabarets y confiterías.

Por último, quiero destacar su obra como compositor, a partir de su primer suceso con Alberto Castillo, el tango “Se lustra señor”. También le pertenecen: “Cantemos corazón” grabado por Libertad Lamarque y Carlos Di Sarli, “Mi amor y tu amor”, “Te odio y te quiero”, “Pero te seguiré queriendo”, “De corazón a corazón”, “Papá”, “Un vals para mamá”, los instrumentales “Bien porteña” y “Julie”, éste ultimo grabado por Osvaldo Pugliese en 1959.

En octubre de 1999, el Consejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires, le otorgó la distinción al Mérito Ciudadano en reconocimiento a su valiosa y dilatada trayectoria en la música popular. Murió en Mar del Plata, ciudad balnearia donde poco tiempo antes había instalado su residencia.