Por
Abel Palermo

ació en la provincia de Santa Fe, fueron sus padres Pedro Arrieta y Emilia Mandarini. Siendo un niño aún, la familia se radicó en la ciudad de Buenos Aires.

Era un barítono, con un estilo bien porteño, de personal fraseo, con un modo muy particular por el cual fue reclamado por varios directores de orquestas, sobre todo por aquellos que daban especial importancia a la musicalidad y al ritmo.

Debutó a los 16 años con Juan Maglio (Pacho). Poco tiempo después, fue requerido por Carlos Di Sarli para suplir en su sexteto al cantor Antonio Rodríguez Lesende. Actuaron durante todo el año, en el café El Nacional y en el cabaret Casino Pigall.

En 1933, actuó con Juan Canaro, luego de un paso fugaz por las agrupaciones de Anselmo Aieta y Alejandro Scarpino. Al año siguiente integró el cuarteto Los Magos del Tango, que actuaba en Radio Ultra y que estaba formado por el pianista Juan Polito, los bandoneones de Nicolás Pepe y Daniel Alvarez y el violín de Bernardo Sevilla (Tito). Después, vino su paso por la orquesta de Pedro Laurenz y, a partir del año 1939, su debut como solista en LR3 Radio Belgrano, donde actuó durante dos años para luego continuar en Radio Mitre.

El cantor continuó creciendo y consolidando su estilo y fue requerido por el maestro Lucio Demare, para compartir los temas cantables de su orquesta con Juan Carlos Miranda. La primera grabación fue el 14 de abril de 1942: “Un tango guapo”, de Roberto del Pino y Oscar Roma, luego vinieron “Soy muchacho de la guardia”, de Agustín Irusta y Héctor Marcó y “Canción de rango (Pa' que se callen)” de Raúl Kaplún y José María Suñé. Al final de año, tanto Arrieta como Miranda se desvincularon de la orquesta y fueron reemplazados, por un grande, el incomparable Raúl Berón.

Arrieta regresó como solista a Radio Belgrano y a diferentes locales nocturnos con gran éxito, pero su consagración definitiva se produjo cuando fue invitado a integrar la orquesta de Miguel Caló. Con ella hizo su primera grabación el 7 de agosto de 1945, el tango de Juan Polito y Luis CarusoQuedó en venir a las nueve” y en el reverso del disco, la milonga “Cimarrón de ausencia”. La pareja de cantores la compartió con Raúl Iriarte, quizás el dúo más importante que tuvo la orquesta y de mayor trascendencia en el continente, lo que posibilitó a ambos la posterior prolongación de sus carreras en distintos países de América, a partir de la crisis del tango que devino en Buenos Aires en los años ‘60.

En su paso por Miguel Caló, dejó registrados 26 temas como solista y 4 a dúo con Iriarte. Los más destacados: “Una tarde cualquiera”, para mí su mejor interpretación, “En secreto”, de Vicente Demarco y Alfredo Roldán y “A la gran muñeca”, una de las pocas versiones grabadas con letra.

Arrieta se despidió del primer ciclo con Caló, grabando el 23 de septiembre de 1948, los tangos “Nunca más” y “Corazón de papel”.

Ya desligado del conjunto, fue requerido para trabajar en Chile, donde se instaló y permaneció una larga temporada grabando con distintas formaciones. Luego realizó una gira por distintos países de Latinoamérica, regresando a la Argentina en 1954 y, junto a Alberto Podestá, se integró nuevamente a la orquesta de Caló.

El 23 de junio grabó el tango de Rodolfo Sciammarella, “Boca Juniors”, dedicado al popular club de fútbol. Al año siguiente, participó con la orquesta dirigida por Leopoldo Federico en Radio Argentina, pasando luego a Belgrano y al Canal 7 de televisión, siendo acompañado por la orquesta dirigida por el excelente bandoneonista Alfredo Franco.

En 1957 volvió a grabar con Caló. El 18 de junio registró “Cuanta angustia” y luego partió en una extensa gira con la orquesta de Juan Canaro por el Brasil y México. En 1959, formó parte de un espectáculo en Estados Unidos junto a Astor Piazzolla y los bailarines María Nieves y Juan Carlos Copes. Entusiasmado por el reconocimiento del público se radicó en Norteamérica y, desde allí, hizo giras a varios países del continente.

De vuelta en Buenos Aires, en 1972, junto a Raúl Iriarte graban un disco larga duración, invitados por Miguel Caló, en el que interpreta “Tres esperanzas”, “Mis flores negras” y “Todos vuelven”, lamentablemente, serán las últimas grabaciones del maestro Caló, quien víctima de un síncope falleció al poco tiempo.

También nos legó varias obras como autor y compositor, algunas de ellas llegaron al disco: “Mil veces feliz” (compuesto por Oscar Kinleiner), grabado por él mismo acompañado por la orquesta de Jorge Dragone; y “Versos para mi madre” (en colaboración con Alfredo De Angelis y Alejandro Mariscotti), grabado por Alfredo De Angelis, cantado a dúo por Carlos Aguirre y Alberto Cuello. Otras de sus obras fueron: “Buenos Aires lejano”, “Fuente de mis recuerdos”, “Lágrimas de hombre”, “Sin chance” (letra de Raúl Gramajo), “En lo de Tota” (letra de Enrique Dizeo), “Silencio Medellín” (música de Jorge Dragone), “Por más lejos que estés” (música de Aquiles Roggero), “Fue en diciembre” e “Historia de un viejo rosal” (ambos compuestos por José Canet), entre otros.

Poco a poco, las apariciones del cantor se van espaciando, no obstante ello, grabó un long-play para el sello Magenta. Muere joven, a los 63 años, en su entrañable Buenos Aires.