Por
Abel Palermo

ació en la calle Alberti 284 en la ciudad de Buenos Aires. Hijo de José Caló y Natalicia Pantano. Sus hermanos también fueron músicos, Miguel, Juan, Salvador, Antonio y Armando. Roberto era el tercero.

Desde niño estudio piano y canto, y en plena adolescencia debutó como chansonier en la orquesta que dirigía su hermano Juan, que actuaba en Radio La Nación.

Comenzó como cantor solista en 1933, en Radio Stentor, pasando luego por Radio Prieto y Radio París. En 1935 fue contratado por don Jaime Yankelevich para actuar, durante tres años, primero en Radio Porteña, luego en Mitre y por último en la más prestigiosa de la época, LR3 Radio Belgrano.

A fines de 1938, pasó a ser el cantor de la orquesta de su hermano Miguel -quien ya era una figura importante del tango- y donde estaba también su otro hermano Armando en el contrabajo. El 21 de diciembre de 1938 grabaron el tango “Dulce amargura” y el foxtrot “Luces del puerto”. Roberto entró en reemplazo del cantor Alberto Morel.

En 1941, junto a su hermano Juan, que era bandoneonista, formaron el rubro Juan y Roberto Caló, que se disuelve un año después. Fue en ese entonces que Roberto armó un conjunto para viajar a Estados Unidos y a diferentes países latinoamericanos. A su regreso, en 1945, abandonó definitivamente el canto para convertirse en director orquestal, debutando en LR4 Radio Splendid.

En abril de 1946, pasó a Radio Belgrano con el aporte cantable de dos figuras consagradas que se habían alejado de las orquestas de Ricardo Tanturi y Francisco Canaro, respectivamente: Enrique Campos y Carlos Roldán. Estuvieron por un corto período. En 1947 viajó de gira por el interior del país y por Uruguay con su nuevo cantor Hugo del Cerro.

En Buenos Aires actuó en el Dancing Empire de la calle Corrientes casi esquina Esmeralda. Los arreglos de la orquesta eran realizados por el excelente pianista Julio Medovoy.

A fines de 1948, se incorporaron los cantores Oscar Larroca y Roberto Ray y actúan en Radio Belgrano. Al poco tiempo Ray volvió con Osvaldo Fresedo. Al año siguiente la orquesta pasó a Radio Splendid con las voces de Larroca y Alberto Santillán.

En 1951, llegó por primera vez al disco, a través del sello Orfeo, con el tango “El metejón” cantado por Larroca y el instrumental “Selección de Aníbal Troilo”, con arreglos de Medovoy . Al poco tiempo este cantor se fue a la orquesta de Alfredo De Angelis, en el lugar dejado por Julio Martel y fue reemplazado por Carlos Rivera, quien registró el famoso tango “Zorro gris”.

En 1952, regresó por un breve lapso Carlos Roldán, dejando tres memorables registros: la milonga de Francisco MartinoSoy una fiera”, de los hermanos Velich “Cualquier cosa” y de Enrique Discépolo “Victoria”. A fin de ese año ingresó Alberto Santillán, ex cantor de la orquesta de Víctor D’Amario y graba “Nostalgias”, el tango “Después que te perdí”, del propio Caló y Horacio Sanguinetti y el vals “Manos adoradas”.

En 1953, la grabadora Orfeo invitó a la extraordinaria cancionista Azucena Maizani a volver al disco, luego de once años. La orquesta acompañante fue la de Roberto Caló.

Ese año se reincorporó Enrique Campos quien también grabó varios temas, entre los que destaco dos: “Con la otra” y “Canzoneta”. Actuaron en Radio Splendid, en la confitería El Marzotto, y en los carnavales del salón Les Ambassadeurs, de la avenida Figueroa Alcorta.

En 1956, se produjo un hecho importante, el ingreso de Roberto Rufino, quien reaparecía después de un prolongado descanso. Inmediatamente los contrató para grabar la RCA Victor y así surgió un disco con los tangos “Ladrillo” de Juan de Dios Filiberto y Juan Caruso y en el reverso,el que sería suceso durante todo ese año y el siguiente: “Soñemos” de Roberto Caló y Reynaldo Yiso. El éxito les abrió las puertas de Radio El Mundo y de dos de los más importantes cabarets de la época: el Marabú de la calle Maipú y el Chanteclair de Paraná y Corrientes. Pero el espíritu inestable de Rufino obligó a la disolución del rubro.

Por ese motivo y por las exigencias laborales, en especial los bailes de carnaval de 1957, se apuró en incorporar a los cantores Héctor De Rosas y Rodolfo Galé. Poco después sumó a Tito Reyes, la tercera voz de la orquesta.

En esa época, la orquesta de Roberto era más requerida que la de su hermano Miguel y actuaba con mucho éxito en la confitería Richmond de la calle Esmeralda. Entre las grabaciones de este período están los dúos de Galé y De Rosas: “Si vos no me querés” “Limosna de amor” y “Luna Tucumana”. También los primeros discos de Tito Reyes: “Frente a un espejo”, “Nápoles de mi amor” y “Tango argentino

A fines de 1957, acompañó la reaparición de Aída Denis para el sello RCA-Victor. En diciembre se desvinculó el pianista Osvaldo Berlingieri para ir con Troilo, ocupando su lugar el notable pianista y arreglador Osvaldo Tarantino. A mediados de 1958, se retiró Galé.

Eran momentos difíciles para el tango por la falta de trabajo. La Nueva Ola invadía radios y estudios de grabación y entonces Caló decidió disolver la orquesta. La mayoría de sus músicos junto al cantor Tito Reyes pasaron a la orquesta de su hermano Miguel y Roberto empezó a dedicarse a la producción de espectáculos.

Como actor participó en las películas Giacomo, Valle Negro y Los Ojos más Lindos del Mundo.

Por su orquesta pasaron músicos de la talla de los pianistas Julio Medovoy, Osvaldo Berlingieri y Osvaldo Tarantino. Bandoneonistas muy importantes como Ernesto Franco, Edelmiro D’Amario, Pedro Vidaurre, Juan Fleuri, Eduardo Rovira, Celso Amato, Julio Paso y Eliseo Marchese. Cuerdas de gran categoría como la de los violinistas Leo Lipesker, Antonio Coronello, Raúl Garcés, José Lauces, Tito Besprovan, Simón Bajour, Simón Broiman, Teodoro Guisado y José Cattanzaro o de contrabajistas como Enrique Designa y Enrique Marchetto.

Fueron muchos los cantores que tuvo y que grabaron: Carlos Roldán, Enrique Campos, Oscar Larroca, Carlos Rivera, Alberto Santillán, Roberto Rufino, Héctor De Rosas, Rodolfo Galé, Tito Reyes y Jorge De la Peña. Lamentablemente hubo tres que no llegaron al disco: Jorge Maciel, Raúl Lavalle y Carlos Barbé.

Por último, como compositor, Roberto Caló nos dejó: “Soñemos”, “Después te perdí”, “Te vi llegar”, “No culpes al amor” y los instrumentales “Colores”, “En fa menor” y “Flauteando”.