Por
José Pedro Aresi

ecundo autor de letras de tango, vino al mundo en el porteño barrio de Liniers, zona que creció al amparo de la instalación de los talleres del antiguo Ferrocarril Oeste. Nació en la calle Pola 429 y dio sus primeros pasos en veredas poblada de plátanos que apenas dejaban ver el cielo. Realizó sus estudios primarios en la Escuela Nº 8 del Distrito Escolar Nº 20, habiendo cursado luego estudios secundarios.

Desde muy joven, borroneó papeles con composiciones que extraía de su observación de la realidad, de la calle y de sus sueños juveniles. Dice su hermana Albina que Reinaldo, desde chico, «tuvo alma de bohemio».

Su padre, de nombre Ernesto y de nacionalidad uruguaya, era obrero ferroviario, en tanto su madre, doña Concepción Ridaura, era una española nacida en Málaga, que se ocupaba de los quehaceres de la casa. El matrimonio tuvo seis hijos, tres mujeres y tres varones, siendo Reinaldo el menor de todos.

Yiso nunca se apartó de sus amigos de barrio y andanzas. Con ellos frecuentó la esquina de su casa natal y la plaza Coronel Martín Irigoyen, más conocida por la plaza de Founrouge. Fue precisamente en esos lugares donde se gestó Oeste Argentino, equipo de fútbol de barrio, donde Reinaldo y sus amigos daban rienda suelta a su pasión por ese deporte. También militó en distintas divisiones del Club Atlético Vélez Sársfield, llegando a integrar el equipo de segunda división de esa entidad, pero la quebradura de una de sus piernas tronchó la esperanza que él tenía de llegar a jugar en primera; razones tenía para pretenderlo, pues según referencias recogidas, era un excelente jugador de fútbol.

Reinaldo Yiso fue fiel a su barrio y nunca abandonó Liniers. Viajaba diariamente al centro de la ciudad, con el fin de atender sus intereses autorales, sin descuidar por ello sus otros compromisos laborales. Si bien comenzó a trabajar en el Frigorífico Lisandro de la Torre como obrero de planta, luego fue transferido a la parte administrativa, donde llegó a ocupar un alto cargo. Tiempo después, se desempeñó como director de Magenta Discos.

En el año 1941 el maestro Ricardo Tanturi le estrena su primer título, “Por eso canto yo”; si bien es en 1943 cuando Reinaldo Yiso alcanza notoriedad con el tango “El sueño del pibe”, grabado ese año por Osvaldo Pugliese con la voz de su amigo y vecino, Roberto Chanel. La temática futbolera abordada en este tango, hace que su letra alcance gran difusión y popularidad. Es en “El sueño del pibe”, donde el autor rememora los propios momentos de felicidad e ilusión, vividos durante su juventud.

Para ese entonces Yiso, además de escribir y trabajar, presentaba en los bailes a la orquesta de Osvaldo Pugliese, tarea por la cual recibía una remuneración de cinco pesos por cada noche de actuación. Fue precisamente durante esos años cuando una tarde, al cruzar la calle junto a Chanel y Morán, lo atropelló un auto, provocándole serias lesiones que lo mantuvieron postrado durante más de un mes.

Escribió gran cantidad de tangos de carácter descriptivos, empleando versos sencillos, ya que nunca recurrió a la metáfora para adornar sus temas. La mayoría de sus letras plasmaron sentimientos propios o extraños, como así también algunas otras, reflejaron pasiones y controversias populares. Tal el caso de “Bolero”, tango que muestra el enfrentamiento que en ese momento mantenían dos géneros musicales, el tango y el bolero; en tanto en “Bailemos”, describe la angustia que siente una pareja frente al hecho irreversible de la separación. Todas las letras de Yiso encierran, verdaderas pinceladas de la vida.

Además de los temas ya mencionados, sus tangos más difundidos fueron “Un infierno”, “Soñemos”, “Cuatro líneas para el cielo”, “Un regalo de reyes “, “El hipo” , “Cómo le digo a la vieja”, “Una carta para Italia”, “Un tango para mi vieja”, “La número cinco”, “El tango es una historia”, “Estas cosas de la vida”, “La mascota del barrio” , “Un tormento” , “El clavelito”, “Susanita” y un “Vals para mamá”. Este tema Yiso lo compuso una noche en que cuidaba a su madre, víctima de una afección circunstancial. En uno de sus versos el autor refleja cual era su estado emocional en ese momento, al decir que ese vals «Surgió una noche de esas que más pensaba en ella».

Musicalizaron sus letras, entre otros, Ricardo Tanturi, Francisco Rotundo, Miguel Caló, Anselmo Aieta, el ya citado Enrique Alessio, Pascual Mamone, Santos Lipesker, Arturo Gallucci, Abel Aznar, Edgardo Donato, Roberto Chanel, Alberto Morán, Roberto Rufino y Alberto Podestá, Juan Puey, Roberto Caló, Orestes Cúfaro, Ángel Cabral, Juan Pomati, Juan Manuel Mañueco y Erma Suárez.

El 22 de mayo de 1943 se casa con Sara Rainer, con quien tuvo dos hijos: Marta y Ricardo, a los que Yiso nombra en su tango “Un regalo de reyes”. Según cuenta su esposa, el nombre con el cual fuera anotado en el Registro Civil su hijo varón, responde al deseo de la pareja de homenajear al maestro Ricardo Tanturi.

Varias de las composiciones de Yiso fueron registradas a nombre de su mujer, tal el caso de “Bien bohemio”, tema que con música de Tití Rossi y Juan Pomati, fue grabado por la orquesta de Francisco Rotundo con la voz de Julio Sosa. ¿Quién no recuerda ese verso que dice: «Estoy en Pampa y la vía como viola en el empeño»? También, con el nombre de Sara Rainer, registró otros tangos, entre ellos: “Ruiseñor de Puente Alsina” y “Pifia”, y con el seudónimo de Rianco, firmó la letra de “No me esperes esta noche”, obra popularizada por la cancionista María Graña.

A su vez, compuso diversos valses peruanos, entre otros, “He visto llorar a Dios”, “Errante vagabundo” y “Desagradecida”.

Su aporte al tango quedó reflejado en la gran cantidad de composiciones que escribió, sin apartarse nunca de un particular estilo de poeta de barrio. Sus letras resumen emociones y pasiones comunes a la sensibilidad del porteño.

Para finalizar esta semblanza de Reinaldo Yiso, nada mejor que evocar un verso de su tango “Un infierno”, precisamente aquél que dice: «en tu pelo soy abrojo que pretende ser clavel», frase que se hizo garra en la voz de Floreal Ruiz.

Según constancias obrantes en SADAIC, Yiso registró 532 obras, de las que 143 son inéditas, 114 fueron editadas, 109 grabadas y 166 editadas y grabadas.