quella bohemia porteña de la Corrientes angosta de la década del 20, que vivía con y por el tango, lo contó en sus filas esas noches interminables. Perteneció, con distintivo y todo, a la barra del Club Los 25, famosos por ese entonces.

Amigo de José María Rizzuti que solía acudir a su casa, le hizo escribir letras para tangos y así salieron “Volvé mi negra” y “Canción de cuna” que luego de estrenarlos Juan Carlos Thorry, cuando era un adolescente, los hicieron oír a Carlos Gardel que gustó enormemente los expuestos, grabándolos luego.

«Al tararearle esos tangos en el Cine Paramount, donde a la sazón actuaba el cantor inolvidable, con aire de asombro Carlitos me dijo: —¡Pibe... Qué lindos tangos te mandaste!», manifestó en una ocasión este autor.

Sus otras canciones quedaron en el olvido, así como su obra teatral Las aventuras de un Pucho que estrenó en el Teatro América (Boedo 819) una compañía cuyas primeras figuras eran las hermanas Ada Falcón y Adhelma Falcón. (Nada tenía que ver con Adolfo Diez Gómez escritor y autor teatral fallecido en Buenos Aires el 13 de mayo de 1967).

Diez Gómez nació en Buenos Aires el 4 de marzo de 1902 y allí falleció el 16 de agosto de 1958.