ebutó como autor teatral en colaboración de Francisco Bohigas al estrenar su revista Do-re-mi-fa-sol-la-sí, en el Teatro Variedades, el 21 de noviembre de 1922. Con el mismo autor escribió El Profesor Trombini, Aflojale que colea y Las papas están que queman. Otras: La estatua maldita, A ver quién tiene más cancha, Vengan aquí los colosos, representadas en las salas del Bataclán, Boedo, Mitre, Cabildo, Avenida, Smart, junto a otros títulos ya olvidados.

Sus primeras poesías las publicó en La Canción Moderna y su primer tango, “Pinta brava”, que lleva música de Charlo, es de 1927.

En el año 1929 fue a Italia a visitar a sus padres y de allí pasó a París como traductor de la Paramount y en 1932 estaba al lado de Carlos Gardel para colaborar en sus películas Melodía de arrabal, Espérame y La casa es seria, escribiendo con Alfredo Le Pera las canciones que en ellas se cantan. A Gardel lo conoció en el año 1922 en el Teatro Variedades, al iniciarse como autor.

Muchos días con sus noches pasó en la Ciudad Luz junto a Gardel, trabajando duro y parejo en horas gratas y de las otras. Saliendo allí aquellas canciones que inmortalizara su amigo inolvidable a través de películas y discos: “Melodía de arrabal”, “Me da pena confesarlo”, “Estudiante”, “Cuando tú no estás”, “Mañanita de sol”, “Criollita de mis amores”, “Desdén”, “Sueño querido”, “Vals de las guitarras”, que hiciera indistintamente en colaboración con Carlos Gardel, Alfredo Le Pera, Marcel Lattes y Angel Maffia. Luego en Buenos Aires, en 1933, ante un pedido expreso que le hiciera el cantor colocó versos al tango “Mi alhaja” que el dúo Gardel-Razzano compusiera quince años antes sin letra y que con ella grabó con el nombre de “Medallita de la suerte”. También llevóle al disco en ese mismo año “Al pie de la Santa Cruz”, tango con música de Enrique Delfino.

Sus éxitos dentro del cancionero se cuentan por decenas y nadie olvida las que le creó Gardel, como tampoco aquel “Remembranza” nacido en París con música de Mario Melfi y que sigue recorriendo el universo en brazos de la fama.

Colaboró con nuestros mejores cantores en el arte de componer: Carlos Gardel, Agustín Magaldi, Héctor Palacios, Charlo, Edmundo Rivero, Ricardo Colombres y popularizaron aún más su nombre canciones como “¿Quién eres tú?”, “¿Sábes por qué?”, “Pa'l nene”, “Pasa el amor”, “Mariposa azul”, “Huerfanita”, “Cuartito azul”, “Isabel”, “Canto”, “Camino al Don”, “Estoy que me muero”, “Soñando [b]”, “Pobre rico”, “Alzame en tus brazos”, “Hacete el oso”, “Traviesa”, “Arañazo [b]”, “¿Qué tendrá la luna?”.

Asumió las representaciones artísticas de Argentino Ledesma y Edmundo Rivero y fue el primero en escribir un libro sobre Gardel, lo hizo con José Le Pera hermano de Alfredo.

Aquella amistad sellada en París, permitióle recordar muchas anécdotas vividas al lado de quien fuera nuestro máximo intérprete; de ellas escogemos la que el Boletín Social de Argentores, número 128, reprodujo a su muerte: «Cuando en París, ocupando un tercer piso en un hotel, se encontró, bajando las escaleras, con un señor que agriamente protestaba por el ruido que hacían con sus acostumbrados ensayos, lo que no le permitía deliberar en el cuarto piso, Battistella le explicó que esos ruidos eran inquietudes imposibles de detener, y que el que cantaba no era otro que Carlos Gardel, aquel funcionario, que era el primer ministro Daladier, le había contestado: ''¡Ah!... Entonces sigan ustedes haciendo el barullo que quieran...».

Battistella nació en Monforte (Verona-Italia) el 5 de noviembre de 1893 y falleció en Buenos Aires el 10 de octubre de 1968.