Enrique Maciel

Nombre real: Maciel, Enrique
Seudónimo/s: El Negro
Guitarrista, pianista, director y compositor
(13 julio 1897 - 24 enero 1962)
Lugar de nacimiento:
Buenos Aires Argentina
Por
Orlando del Greco

studió música en el colegio San Vicente de Paul y el arte de la guitarra, como también la pasión por la música popular, en bohemia lo unió a la mayoría de sus cultores. Así convivió en un departamento de la calle Independencia con Francisco Martino (Pancho) por el año 1916, lugar donde conoció a Carlos Gardel y a José Razzano cuando éstos empezaron a visitar a su antiguo compañero de andanzas. Debió ser uno de los acompañantes del dúo, pero no lo fue por esas cosas que el destino no supo nunca explicar porqué.

Su labor la fue desarrollando con mediocres cantores e integrando orquestas hasta 1925, año que pasó con el dúo Magaldi-Noda y por 1929, más o menos, como acompañante de Ignacio Corsini, al lado de quien obtuvo sus grandes triunfos, hasta el retiro del Caballero Cantor.

Después tuvo conjunto orquestal a sus órdenes con el que grabó discos y acompañando a otros intérpretes, realizó giras.

Sus primeras composiciones las pergeñó por 1918 y entre ellas se cuentan la canción “La promesa” y los tangos: “Presentación”, “Pobre flor” (plagiado luego por “Bandoneón arrabalero”) y poco más tarde otros tangos: “En Galicia hay una niña”, “Bienvenido”, “La santita” que grabó Magaldi y tiene letra de Brancatti; “Que pare el baile” y “Picaflor” con letras de Enrique Cadícamo que grabó Ignacio Corsini.

Cuando actuaba con este cantor formó célebre binomio con el gran poeta y escritor Héctor Pedro Blomberg para darnos el éxito más grande de todos los tiempos, el vals “La pulpera de Santa Lucía” y enseguida los tangos: “La Mazorquera de Montserrat” y “La que murió en París”, éste muy bueno.

Casi siempre para Corsini este binomio escribió muchas otras cancioncs que encontraron fácil eco en el pueblo, que de ellas hizo muchos éxitos: “Los jazmines de San Ignacio”, canción; “Barrio viejo del ochenta”, milonga; “El adiós de Gabino Ezeiza”, milonga; “La guitarrera de San Nicolás”, vals; “Bailecito del sur”, bailecito; “El triunfo de Rosas”, triunfo; “Unitaria”, vals; “China de la Mazorca”, candombe; “Violines gitanos”, tango; “La canción de Amalia”, vals; “Rosa Morena”, milonga; “La bordadora de San Telmo”, vals; “La viajera perdida”, tango; “La vidala del tigre Facundo”, canción; “En lugar del pericón”, zamba; “La monjita de Facundo”, canción; “Santos Lugares”, refalosa; “La Parda Balcarce”, canción; “El vendedor de calandrias”, vals; “Los cantores del Yeruá”, canción; “La patrulla”, canción; “Flor de sangre”, vals; “El boyero de Lobos”, campera; “Candombe del Barrio Viejo”, candombe; “Abuelita Dominga”, milonga; “En un puerto del sur”, marinera; “No quiero ni verte”, vals.

También secundó a Rosita Quiroga, la mejor intérprete de nuestro tango, y suyo es el primero que ella grabó, el titulado “La tipa”.

Otros grandes sucesos que dio el cancionero son “Por una mujer”, vals criollo con letra de Enrique Maroni; “Morocha triste”, canción con versos de Horacio Sanguinetti; los tangos “Señor” y “Mala entraña” en que colaboraron Francisco Brancatti y Celedonio Flores, grabados por Carlos Gardel; su última pegada “Madame Julié” con letra de Francisco Baldana que creó Edmundo Rivero, tango, y también “Moreno de los morenos”, “Corazón que me has herido”, “Por nuestra culpa”, “En la vieja pulpería”, “Yo te manyo”, “Bicho feo”, “Gauchito lindo”.

Corría 1926 y a pesar de haber publicado buena cantidad de obras, todavía no había logrado un éxito. Con el tango “Señor” en la mano se apersonó a Carlos Gardel ofreciéndoselo para que lo registrara en discos.

Después de darle un vistazo, el cantor lo paraliza diciéndole: «Si vos querés que te lo grabe tenés que hacerme un gran favor... Lleváte esta letra de Cele y mirá si podés ponerle música, porque tanto yo como los muchachos no damos en la tecla y siempre se nos aparece la melodía de “Mano a mano” cuando queremos cantarlo». (Eran los versos rantes de “Mala entraña” y le gustaban de alma al cantor).

Se los llevó y pasaron meses; él también tenía problemas en musicarlos, hasta que un día volvió a la casa de Gardel, era lunes y el cantor se hallaba con el mejor humor, muy contento: —«Te habías perdido... ¿Qué te trae?..» —«Me trae el tango que me encargaste», contesta y cambiando la conversación: —«Por la alegría que tenés Carlitos, pareciera que te fue bien ayer en Palermo» —«¿Te parece? Acerté varias y ya que me trajiste el tanguito, para vos también habrá astillitas». Al despedirse dejó un billete de $ 100,00 en su mano que en aquel tiempo era casi una fortuna. ¡Gardel era así...!

Maciel nació en Buenos Aires (barrio de San Cristóbal) el 13 de julio de 1897 y allí falleció el 24 de enero de 1962.