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Todotango.com

acido en el Bajo Flores, una mañana de domingo del mes de marzo de 1980, este hijo dilecto de la noche, constructor de una obra oscura y suburbana, no reconoce sus orígenes directos en las letras de los tangos. «El tango flotaba en los ambientes donde crecí, mis abuelos conocieron y fueron grandes amigos de figuras notables, pero la estética que intento encontrar tiene mucho más que ver con el cine y la literatura que con las letras de tango». Dicho esto, en su búsqueda resuenan dos nombres fundamentales: Leonardo Favio y Juan Carlos Onetti.

Su estética es la paleta que guía el desenfreno, sus colores encuentran el barro primitivo de la creación en el espejo transpirado, sudoroso, ensangrentado, de Gatica, el Mono, Juntacadáveres, El que tiene sed o en aquel fragmento de inconmensurable ternura porteña que nos dejó Raúl González Tuñón en El banco en la plaza o A la sombra de los barrios amados. Algo así como una oscuridad de niño salvaje con el hígado congestionado de pájaros negros.

En sus letras de tango, en su poesía, amanecen aquellos rostros ignorados por la estética joven y esperanzadora que muestra a cada instante la televisión, ni dentífricos ni jabones ni desodorantes, sino pibas y pibes desdentados que deambulan el pasillo terrible de los largos insomnios, de los asilos, de los hogares de huérfanos y de las cárceles. Y están los bares. Es imposible entender su poética sin el ambiente de los bares que frecuenta, sin comprender en qué lugares se sienta a escribir, rodeado de tantos fantasmas de la noche, dejándose domar o castigando a los diablos del alcohol.

Es imposible entender su poesía sin pasar, aunque sea en colectivo, por los bares de Constitución o por Rodríguez Peña 519 (ahora convertido en una patética pizzería al paso) donde conoció en tardes y noches de vino y de guitarras a su admirado Nacho Wisky, a Pajarito Zaguri, a Nico Favio. Porque su paso siempre busca los bares derruidos o a punto de ser violentados por la piqueta, donde se reconoce en los rostros gastados, envejecidos, o en las manos temblorosas por el viento del alcohol, ya sea en Buenos Aires, en La Habana o en la Ciudad Vieja de Montevideo

De formación autodidacta, escribió letras de canciones, tangos, milongas y zambas junto a destacados músicos como Jorge Giuliano, Agustín Gómez, Fernando Tato Finocchi, Néstor Basurto, Roberto Calvo, Leandro Nikitoff, Nico Favio, Marcelo Saraceni, José Arenas, Fabián Villalón, Jesús Hidalgo, Adrián Lacruz, Guido Iacopetti, Enrique Giuliano, Martín Machuca, Nehuén Martino y Oscar Cerrizuela.

Sus tangos y canciones quedaron registrados en los discos Recalada, de Néstor Basurto, Flor de puño, de Nico Favio y los del Fondo, Recodos de silencio, de Leda Amorín, Mejor solo pero bien acompañado, de Sergio Veloso, En estado puro, de Hernán Fernández, La suerte mía de Jorge Giuliano, La Martino Orquesta Típica con las voces de Nazarena Anahí Cáceres y Nicolás Abosky, y en las producciones discográficas de Jacqueline Sigaut y Claudia Moreno. Y en las interpretaciones de Roberto Minondi, Luciano Soria, Roberto Calvo, Juan Villarreal, Gustavo Visentín, Cristian “El Cholo” Castelo Eduardo Martínez, Fabián Villalón, Martín Machuca

Como recitador de su propia obra se presentó en el Bar Los Laureles, Teatro Orlando Goñi, Teatro del Viejo Mercado, Fondo Nacional de las Artes, Bien Bohemio Café Cultural, Club Atlético Fernández Fierro, Milonga Chanta Cuatro y muchos otros.

Presentó los espectáculos Y cuando la belleza. Tangos nuevos y poemas (Teatro Orlando Goñi, 2013), Boliche sin Cristo. Poemas y tangos nuevos (Espacio 365, actual Los Chisperos, 2014) junto a Jorge Giuliano, Jesús Hidalgo, Negro Falótico, Hernán Fernández, Juan Vattuone, Hugo Pardo, Raimundo Rosales, Gastón Harisquiry, Sergio Veloso y Roberto Calvo.

En septiembre de 2014 presentó junto al poeta Raimundo Rosales Mucho bardo, participando como invitados Walter Hidalgo, Gastón Harisquiry y Juan Vattuone.

Recitó sus poemas con el acompañamiento musical de Nazareno Altamirano, Walter Hidalgo, Franco Polimeni, Ignacio Camueira, Duende Garnica, Leandro Nikitoff, el Quinteto de Gastón Harisquiry y como invitado de La Martino Orquesta Típica y el Quinteto Negro La Boca.

En el año 2014 fue invitado a las Milongas de Carnaval, presentándose en el mes de febrero en El Gardel de Medellín, de Parque Patricios y recitando sus poemas en el Pasaje Discépolo para la agrupación El Tango Será Popular o no será nada.

Durante el mes de marzo participó como invitado en el marco del Festival de Tango Independiente a leer sus poemas en el programa Fractura Expuesta, Radio Madres, junto a los poetas Raimundo Rosales y Matías Mauricio.

En el mes de abril del mismo año participó en la mesa de poetas del Festival de Tango organizado en el ECUNHI, junto a Héctor Negro, Raimundo Rosales, Ernesto Pierro y Matías Mauricio.

En noviembre del mismo año se presentó en el espectáculo Los poetas de la Mandrágora Porteña llegan a la calle Corrientes, junto a José Arenas y Matías Mauricio en el Centro Cultural de la Cooperación.

Participó en el mes de mayo de 2015 en el 11º Encuentro Latinoamericano de Poetas, desarrollado en el Centro Cultural de la Cooperación.

Junto a Jorge Giuliano, histórico guitarrista de Mercedes Sosa, presentó en junio de 2015 el espectáculo de canciones y poemas La suerte mía. El mismo fue llevado a La Casa de Las Américas de La Habana (Cuba), en el mes de octubre, en el marco del Encuentro Voces Populares, que congregó también a Tania Libertad y Jorge Drexler. Durante el año 2016 la dupla presentó su nuevo espectáculo: Con los sueños puestos.

A principios del año 2016 llevó adelante junto a Martín Pitu Frontera Lo que ni el diablo pudo. Un homenaje a los barrios. Participó además en el Festival de Tango Independiente y en los Festivales de Caballito, Barracas, Flores, La Boca y Parque Patricios.

Es el autor de los libros La calesita de barro, poemas y canciones, editado en el año 2013, Colección Mandrágora Porteña, con Prólogo de Laura Acebal; Boliche sin cristo conjunto de poemas publicados en el año 2016, Colección Mandrágora Porteña, con Prólogo del Duende Garnica y del cancionero Dice el vino tinto. Cancionero de bares, de 2017 con prólogo de Juan Vattuone, libro que reúne todas sus canciones compuestas hasta el momento.

Escribió la operita El amor. Esa fábula maldita, estrenada el 7 de octubre de 2016, asumiendo el rol de recitante junto a la poeta, periodista y artista plástica Marina Combis, Fabián Villalón y Luciano Soria como cantores invitados, Martín Pitu Frontera como recitante del prólogo y Nehuén Martino en piano.

Actualmente se encuentra en la preproducción de un disco que incluirá sus tangos, zambas, canciones y poemas y escribe la que será su primera novela.