uitarrista, compositor, maestro de canto, además escultor como lo fue su padre, el italiano Felipe Ranieri.

Una casa de inquilinato fue su hogar, en la calle Sarandí 148, casi al lado –en el 154- vivía en iguales condiciones, ya mozo, guitarrero y cantor, José Razzano.

Fue discípulo de Ángel Domingo Riverol, sobre el guitarrista de Gardel y como lo conoció, recordaba: «La primera vez que vi a Ángel Domingo Riverol estaba actuando en un café del barrio de Floresta, ubicado en la esquina de Rivadavia y Santiago de las Carreras; hacía solos de guitarras con su colega Juan Buscaglia. Por la misma época y en el mismo barrio, lo volví a ver en una glorieta de esas que entonces estaban de moda con sus números de varieté, situada en Rivadavia y Carrasco... Mi afición por la guitarra había nacido en esos años juveniles y comencé a recibir enseñanza de Juan Buscaglia; pero al poco tiempo éste fue contratado por un circo para salir en gira y me quedé sin maestro... Para que pudiese continuar con mi aprendizaje, Buscaglia me recomendó que viese de su parte a Riverol; éste me aceptó de inmediato y comenzó a impartirme lecciones por la módica suma de $ 5 mensuales: era un precio especial... Progresé rápidamente, pero llegó un momento en que no pude seguir abonando al maestro. Cuando se lo manifesté con gran pena, Riverol, sonriendo, me palmeó, diciéndome que no me preocupase, pues me iba a seguir dando clase lo mismo... Más tarde, cuando fue contratado por Gardel, no pudo continuar con la enseñanza».

Formó con Félix Vera un dúo llamado Dos guitarras en la noche y también formó un trío junto a Alfredo Calabró y Arturo Gallucci, que se presentó durante varias temporadas, en la década del 70, en el recordado Mesón Español, de la avenida Caseros.

Lorenzo acompañó a numerosos intérpretes, posiblemente el más destacado haya sido Alberto Castillo. Pero no lo hacía solo, también participaba otro guitarrista y compositor prolífico, Ángel Cabral, responsable de la melodía del vals “Que nadie sepa mi sufrir”, que versionado por Edith Piaf en Francia lo convirtió en un éxito mundial, lo que le permitió comprar una casaquinta en la ciudad de Mercedes que pobló de asados y amigos.

Acompañó también a Marcelino Lozano, Oscar Valleta, Carmen del Moral, Alberto Bardi y grabó con Carlos Mayel, Pedro Boeto y Alberto Morales, entre otros.

Para algunas de esas grabaciones formó el Trío Carlos Gardel que en diversas momentos integraron sus colegas José Francisco Savignano, Atilio Eduardo Pascale, Domingo Lainez, Toto Serrao y Alba Toranzo, al que se le agregaba, en ocasiones, el bandoneonista Celedonio Doliard.

Compuso varios temas, como el homenaje a un colega, “Al Negro Vivas”; otro homenaje al futbolista Ricardo Bochini “Para el Bocha” (con Leopoldo Díaz Vélez); también “Así como entonces”, “Yo te canto tango”, “Pimpollo”, “Corazón boyero”, el estilo “Para ti Lucero”, “Milonga del carnicero”, entre muchos otros.