Por
Ricardo García Blaya

o conocí el mismo día que a Pablo Jaurena, la vez que fuimos con mi mujer y mi hijo Francisco a ver la Orquesta Provincial de Música Ciudadana de Córdoba, en el Teatro del Libertador. En ese concierto, cedió la dirección de la agrupación a Pablo y tocó, como un músico más, en la fila de los bandoneones. Fue una velada magnífica, y tanto la orquesta como su director habitual —esa noche devenido a primer bandoneonista—, se lucieron en una jornada dedicada a Astor Piazzolla.

En un diálogo virtual sostenido a través de varios correos, me contó que había nacido en Corral de Bustos, Provincia de Córdoba y de sus comienzos con el bandoneón y el género.

«El tango llegó desde la cuna. Mi viejo tocaba el contrabajo en un quinteto de tango en Corral de Bustos cuando yo tenía nueve o diez años de edad y lo iba a escuchar. El bandoneonista que tocaba en ese grupo, me remitía a la imagen de Astor Piazzolla y su música sobrevolaba mi casa. De chico tocaba el piano y “Adiós Nonino” fue uno de los temas que más me gustaba y que aprendí a tocar de la mano de un profe de mi pueblo, Héctor Gabellini.

«Con el paso del tiempo, en la adolescencia, comencé a tocar la guitarra eléctrica y a formar grupos de rock, hasta que al irme a estudiar música a Rosario, me metí de lleno al estudio del bandoneón y mi primer maestro fue Domingo Federico. Tuve el inmenso placer de formar parte de la Orquesta de Tango de la Universidad Nacional de Rosario, que dirigía Federico, y ese fue el trampolín para dar el salto y convertir, de a poco, la música y el tango, más precisamente, como mi profesión y mi irremediable pasión.

«A partir de entonces, comencé a participar en diferentes proyectos y a vivir en diferentes ciudades del país, e incluso estuve radicado nueve meses en en Cardiff (Gales). Volví a la Argentina en 2003 y al concursar el puesto de 2° bandoneón de la Orquesta Provincial de Música Ciudadana de Córdoba, me radiqué en esta ciudad en la cual estoy desde esa época.

«En Córdoba tuve el privilegio de conocer y trabajar junto a Rubén Juárez y, además de convertirme en el director artístico de dicha Orquesta en 2010, fue en esta ciudad donde cimenté una gran cantidad de proyectos hasta el presente, entre los cuales se encuentra uno de los más importantes para mí, que es la formación del Damián Torres Quinteto donde puedo dar rienda suelta a mi veta compositiva, aparte de seguir tocando ese maravilloso instrumento que es el bandoneón.

«Del Tango me gustan muchas cosas. Es un vastísimo océano de belleza creado y siguen creando tan grandes nombres del género. Me gustan muchísimo las obras de Anselmo Aieta, Eduardo Arolas, Enrique Delfino, Juan Carlos Cobián, Julio De Caro, Pedro Maffia y Pedro Laurenz. Ni hablar de Carlos Gardel y Charlo. Asimismo, Aníbal Troilo, Alfredo Gobbi y Osvaldo Pugliese son una trilogía imprescindible para todo aquel que quiera adentrarse en esta música. También, Carlos Di Sarli y Osvaldo Fresedo sintetizan una forma de belleza única.

«Astor Piazzolla es quién me marcó a fuego desde muy chico. Su música, su manera de tocar el fueye, que junto a Leopoldo Federico y a Rubén Juárez son los bandoneonistas que más admiro. Y de los nuevos valores me encantan las creaciones e interpretaciones de Nicolás Ledesma, Ramiro Gallo, Andrés Linetzky, José Ogivieki.

«Cantores hay muchísimos, Raúl Berón entre mis preferidos. Seguramente me esté olvidando de varios, pero todos y cada uno de ellos cimentaron una música extraordiaria, un universo infinito».

No obstante ser un músico joven, es muy difícil transcribir toda la actividad desplegada por este excelente artista. Destacaremos los hechos más significativos.

Realizó una gira por Europa en 1998, con la Orquesta de la Universidad Nacional de Rosario; ese mismo año integró la Orquesta de Tango del IPPM, dirigida por Javier Martínez Lo Ré. Al año siguiente integró el Quinteto Camandulaje. En 2001, junto al guitarrista Pablo Covacevich acompañan a Noelia Moncada y se radica en Buenos Aires, donde aprovecha para tomar clases con Néstor Marconi.

En 2002, hizo un viaje a Gran Bretaña, donde actúa en numerosas ciudades: Cardiff, Londres, Oxford, Cambridge, Leicester, Bristol, con solos de bandoneón o integrando grupos con músicos de Inglaterra y Gales.

En 2003, ingresó por concurso de oposición a la Orquesta Provincial de Música Ciudadana de Córdoba y armó el grupo El Desbande, como bandoneonista y arreglador. Y, en el 2004, formó parte del conjunto que acompaña a Rubén Juárez.

Dos años después, viajó a los Estados Unidos y, en California, actuó como solista; además, con la Orange County´s Pacific Symphony y el Pacific Chorale interpretó la Misa Tango de Luis Bacalov. En New York tocó junto a Pablo Aslan’s Avantango y Emilio Solla Tango Jazz Quintet.

En agosto de 2005, formó el Damián Torres Trío, junto al pianista Aldo Cerino y al contrabajista Christian Esquivel y grabó su primer disco: Cabulero.

Paralela a su actividad como bandoneonista, realiza una significativa labor como arreglador musical de diversos artistas. Es convocado para conciertos y grabaciones como músico invitado por artistas de todo el país. Durante 2006 toma clases con el bandoneonista Julio Pane.

Finalmente, luego de dirigir la formación en varios conciertos como invitado, en 2010 asumió como director estable de la Orquesta Provincial de Música Ciudadana de Córdoba. Al año siguiente, editó el segundo disco con su trío.

Más tarde, vendrán su viaje a Brasil donde participó con su cuarteto en San Pablo, en el espectáculo Las 4 Estaciones Porteñas realizado en el teatro Bunkyo; actuó en la Gala del 25 de Mayo, junto al guitarrista Pablo De Giusto con la Orquesta Sinfónica de Córdoba y, también, en la del 9 de julio, con la Banda Sinfónica de la Provincia de Córdoba.

En 2014, rearmó de nuevo un quinteto para interpretar sus propias obras y se presentó en el Festival de Tango de Buenos Aires en el que obtuvo un premio de Producción Discográfica de Tango del Fondo Nacional de Las Artes. En el 2015, fue convocado por la Banda Sinfónica de la Provincia de Córdoba, como solista junto a Guillermo Fernández; participó de la película El espejo de los otros, del director Marcos Carnevale y produjo un disco con su quinteto, con el título Abriendo cancha.

Para los que hacemos Todo Tango, es un gran gusto darle la bienvenida a Damián Torres, uno de los grandes talentos de la última horneada de nuestra música ciudadana.