Félix Aldao

Nombre real: Consoli, Salvador Francisco
Cantor y compositor
(13 mayo 1930 - n/d)
Lugar de nacimiento:
Buenos Aires Argentina
Por
Horacio Ferrer
| Laureano Fernández

ació en Buenos Aires. Cursaba los años del colegio secundario cuando empezó a cantar. Con un grupo de compañeros del Colegio Otto Krause se presentó en Radio Mitre; Polo Giménez lo vinculó a su conjunto en el cual con el Payo Solá y Mercau Soria, se inició como folklorista.

Luego, sin embargo, se volcó al tango. Y viajó en 1964 a los Estados Unidos, donde culminó su carrera, en 1966, al recibir de manos de la cantante Olga Guillot, la Palma de Oro, máxima distinción del Tercer Festival Americano de la Canción.

Continuó más tarde sus actuaciones en locales y en hoteles centroamericanos hasta su regreso a Buenos Aires en 1967.

Al año siguiente participó en la filmación de la película P.K. en Buenos Aires. En 1969, cantó en el Festival de Baradero en el programa de televisión Siete Notas para el Tango y en las veladas de El Viejo Almacén de San Telmo.

Intérprete de buen estilo melódico, sobrio, afinado y expresivo, es, también, autor de varios temas de tango: “Vuelve a llover” y “Noche mágica”, entre ellos.

Nuestro traductor, Laureano Fernández, nos cuenta sobre Aldao:
«Por los primeros años de la década de 1970 tuve oportunidad de conocerlo. Fue a través de Oscar del Priore y su amistad con Jorge Rutman, pianista y bandoneonista. No recuerdo bien si el propio Aldao o Bruno Pirozzo (bandoneonista) le habían solicitado a Osvaldo Tarantino una serie de arreglos para bandoneón y piano para acompañar a Aldao que iban a ser tocados por Rutman y Pirozzo. Algunos de los que recuerdo eran: “María” (Troilo-Cátulo Castillo), “Soledad” (Gardel-Le Pera), “Un lobo más” (Avena-Negro). Sobre esos arreglos yo escribí mi parte para tocar en guitarra eléctrica.

«Después, no recuerdo por qué, terminé acompañándolo yo solo en guitarra española. No hice muchas actuaciones con él, fueron algunos centros culturales, algún club. En una de esas ocasiones, compartimos escenario con un quinteto en el que estaba Horacio Cabarcos y él aún se acuerda cuando Aldao con su voz de barítono me hacía alguna indicación sobre el acompañamiento: «¡Vamos, Laureano!»

«Con Rutman y Pirozzo, quizás también con Horacio Presti, fuimos a visitarlo a su casa de la calle Serrano en el barrio de Palermo donde vendía antigüedades.

«Recuerdo que nos contaba que cuando vivió en los Estados Unidos, Vincent Price le había ofrecido un papel en una película de misterio».