Roberto Morel

Nombre real: Spinelli, Oscar Norberto
Seudónimo/s: Roberto Spinelli
Cantor y compositor
(25 mayo 1926 - 21 enero 1991)
Lugar de nacimiento:
Buenos Aires Argentina
Por
Abel Palermo
| Néstor Pinsón

omo solía ocurrir en aquellos tiempos, el gusto por el canto le llegó a muy temprana edad. Durante los estudios escolares, integraba el coro de niños de su colegio, San José de Calasanz.

Recién salido de la adolescencia tuvo su primera posibilidad profesional cuando, en el recordado Munich de la calle Boedo, hizo un reemplazo al colega Carlos Peralta.

En 1946, con Vicente Romeo, el creador del vals “Un placer”, armaron el rubro Romeo-Spinelli con actuaciones en bares y diversos escenarios porteños. A fines de 1952, Romeo se separó y siguió otro rumbo, entonces, el cantor se probó en la orquesta de Edgardo Donato y rápidamente, el día 2 de enero del nuevo año, grabó sus primeros dos temas para el sello Pampa: “Berretines de bacana”, tango de su colega Carlos Mayel y letra de Julio Budano y “Apronte”. Fue Donato quien sugirió el seudónimo artístico de Roberto Morel.

En noviembre de 1953, salieron de gira por la zona del litoral y cruzaron la frontera a Paraguay. Una vez allí, se presentaron en la radio, casinos y en numerosos bailes. Luego, volvieron a la Argentina y bajaron a la ciudad de Resistencia, Provincia del Chaco, pero surgieron problemas y el empresario dispuso regresar a Buenos Aires. Lo hacen el director y todos los músicos, pero se quedan Morel y Raúl Angeló, el otro vocalista de la orquesta. Trabajaron por un tiempo con acompañamiento de guitarras, por el circuito habitual de radios, teatros y bailes de la zona.

Vuelve con Donato y, el 10 de junio de 1955, registró su último tema: “Novia de pueblo”, de Orlando Calautti y Rosario Arena.

Al año siguiente, se presentó como solista en LR4 Radio Splendid, junto a los guitarristas Carlos Lema, Carlos Orsa y Nelson Olivera. El programa se llamó El Muchacho del Café, por ocurrencia de la presentadora, la joven Lidia Elsa Satragno (Pinky), que así había apodado a Morel.

En 1957, la revista Radiofilm organizó un concurso de cantores, que se propalaba por la radio desde un teatro capitalino. Finalmente, resultó ganador Ernesto Herrera y entre las damas, la rosarina Carmen Verónica Martínez, quien al poco tiempo, contrajo matrimonio con Morel, segunda fue premiada Nelly Vázquez.

Dos años más tarde, tuvo una temporada importante en la Confitería El Olmo, ubicada frente a Plaza Once, en la esquina de Pueyrredón y Bartolomé Mitre, acompañado por Roberto Grela y sus guitarras.

En enero de 1961, trabajó en la Confitería Richmond de la calle Esmeralda. Al año siguiente, junto a su esposa, tuvo un programa los días domingos en LS6 Radio del Pueblo, Sobremesa de Tangos, estaba con ellos Miguel Nijensohn con su orquesta y allí, entre charlas y reportajes, ambos artistas interpretaban sus temas.

Algunas secuencias aquí mencionadas fueron tomadas de una nota que, a raíz de su fallecimiento, le hiciera el colega Héctor López, ya fallecido.

Como compositor, le pertenecen: “Plata”, “Paralo Sauro”, “Lo que nunca deschavé” —con letra de Roberto Giménez—; como compositor y autor las milongas “Entre curdas” y “El descolado” ambas con Carlos Mayel y Aldo Queirolo; los tangos “Palito docena media”, con Mayel y José Paradiso; “Yo nací para Palermo”, con Mayel y Modesto Silvano Botti, y varios títulos más.

Con la orquesta de Edgardo Donato registró: “Aprontes” y “Berretines de bacana”, los dos el 2 de enero de 1953; “El descolado”, el 25 de julio de 1953; “Pa’l nene”, el 27 de noviembre de 1953; “Una canción” y “T.B.C.”, el 11 se agosto de 1953, este último a dúo con Raúl Angeló; “Un poco tarde”, el 24 de abril de 1953; “Qué globera” (de Edgardo Donato y Octavio Martinzano), el 10 de junio de 1954; “Fue mi salvación” (de Ascanio Donato y Alberto Cosentino) y “Has llegado”, ambos el 25 de marzo de 1955; “Novia de pueblo” (de Orlando Calautti y Félix Rosario Arena) y “El disloque” (de Donato y Nolo López), ambos el 10 de junio de 1955; “Yo nací para Palermo”, el 17 de diciembre de 1954.

Más adelante, y acompañado por guitarras, grabó su vals “Creo en la madre”, en colaboración con Juan Mario Maffia y Aldo Queirolo. Las grabaciones mencionadas no son la totalidad de su discografía.

Se puede observar, que muchos de los títulos abren una aproximación al juego en general y, en particular, a la quiniela, a los caballos de carrera, al Hipódromo Argentino de Palermo, lo que nos indica la fuerte atracción hacia la timba que padecía nuestro muchacho del café. Igual que tantos otros colegas suyos, aficionados al turf y a la carpeta (los naipes). A tal punto que un popular comentarista de la época, que firmaba M. M. de las Carreras, publicó la siguiente nota en la revista Pingos, que dirigía otro reconocido periodista de turf, Miguel Ángel Busso:

«Para la época que se produjo su fallecimiento, habíamos creado una modalidad que consistía en recorrer bares y cafés donde se reunían los muchachos burreros y alrededor de una mesa desmenuzar el programa de cada semana, en aquel entonces se corría sábados y domingos y algún feriado importante .Así, descubríamos personajes pintorescos llenos de anécdotas. Cada semana un barrio distinto. Un día recibimos una llamada en la redacción de un señor que se presentó como Oscar Spinelli y nos convocaba a un café de la calle Uruguay, exactamente a las 20:30 horas. Le pregunté por qué esa precisión y la respuesta fue: «Si no es a esa hora no hacemos la nota». Lo charlé con Busso y aceptó, y nos llevamos un fotógrafo. Cuando llegamos, estábamos en la puerta de un café frente a Radio Splendid y allí esperaba Spinelli, que no era otro que Roberto Morel. «Ustedes todas las semanas recorren un café distinto para hablar de burros, pues yo los invito al mío y va a salir una nota redonda porque aquí lo que sobran son burreros».

«Al rato, nos ubicamos en la sala mayor de la emisora, acompañados por el entonces director —que era entre otras cosas actor de apoyo en muchas películas y había sido el secretario y mano derecha del actor Florencio Parravicini—, me refiero a Pablo Cumo. Morel nos dedicó varios tangos dedicados al tema de su afición, que también era la nuestra. Entre ellos, uno que le pertenecía y aún no había estrenado. Salgo al toro, nos dijo, sin ensayo previo, lo escribió en honor al jockey Cayetano Sauro y lo tituló “Paralo Sauro”».

Este último párrafo merece una aclaración. Morel escribió la música y, posiblemente, inspiró el título y la letra, pero esta le pertenece a Francisco Oscar Cittadino. Lo curioso de la partitura, es que la misma está dedicada al jockey Cayetano Sauro, por muchas otras personas además del compositor y del autor.

A esta altura no nos queda dudas, que el muchacho del café a la vez de entretenerse con el deporte de los reyes, colaboraba con el mantenimiento de los hipódromos y el resto de la actividad hípica. Pero justo es reconocer que fue un buen cantor y una gran persona.