Emilio Ramil

Nombre real: Ramil Varela, Emilio José Narciso
Seudónimo/s: El Gardel Cubano
Cantor
(29 octubre 1925 - 19 febrero 2014)
Lugar de nacimiento:
La Habana Cuba
Por
Ricardo García Blaya

l caso de este cantor caribeño dedicado a nuestro tango es muy curioso e interesante. Curioso porque llega al tango en los primeros atisbos de su decadencia final, allá a fines de los 40 y principios de los 50; interesante, por el modo que adquiere esa preferencia a un género musical tan diferente a los ritmos de su patria.

El tango había llegado primero a la isla, de la mano de los cantantes españoles como Juan Pulido y José Moriche y después, el multifacético José Bohr —nacido en Alemania y argentino por adopción—, pero fundamentalmente, a causa del ingreso de los discos de Carlos Gardel y de la presencia del Trío Argentino.

Estos tres muchachos eran Agustín Irusta, Roberto Fugazot y Lucio Demare, quienes casi dos décadas después —ya separados—, consolidaron su prestigio al ser convocados en 1948, para actuar nuevamente en Cuba, con un jugoso contrato.

En el transcurso de los años 30 al 50, se presentaron muchos argentinos, todos tuvieron éxito, entre ellos, Hugo Del Carril, Alberto Gómez y Libertad Lamarque.

Además, el cine y la radio tuvieron gran repercusión en la difusión del tango. Todos los meses se estrenaban películas argentinas y las emisoras pasaban constantemente esa música.

Un hecho notable es que Cuba no tuvo ni autores ni compositores de tango propios, esto hizo que los cantores de aquellos años, intentaran al principio, imitar a los intérpretes argentinos pero con su color de voz caribeño. Luego, naturalmente, iban instalando su perfil propio acentuando las personalidades y matices característicos.

Estas embajadas tangueras en Cuba influyeron en el gusto musical de Emilio, este descendiente de catalanes por parte de padre y de gallegos por parte materna, nacido en El Cerro, La Habana y gran admirador de Carlos Gardel cuyas canciones cantaba de niño.

El caso de él fue distinto al de sus colegas cubanos y, Ramil mismo confiesa que su parecido físico, el tono de voz y su fraseo, hacía que la gente comentara el hecho, a tal punto de confundirlo con el propio Zorzal Criollo.

Su debut profesional fue en 1949, el Trío Landa, Llerena y Tabranés le invitó a cantar en Radio Cine de La Habana y, en esa oportunidad cantó tangos famosos del repertorio gardeliano compartiendo escenario con las Dolly Sisters que hacían mambo.

Con el tiempo, ya profesional, contó con el acompañamiento de la orquesta de Bebo Valdés y la representación artística de Ignacio Gómez Muro, quien le consiguió un contrato con la Compañía Arredondo para realizar una gira por toda la isla. Fue entonces cuando grabó su primer disco con el sello Puchito.

El guitarrista Roberto de Moya le presentó a los también guitarristas Agustín Cornejo y Carlos Spaventa (que había acompañado a Gardel) y, juntos, graban “El rosal” y “La cieguita”.

Su popularidad creció y actuó en Ali Bar, Sierra Bar y Mi bohío, tres de los clubes nocturnos más conocidos de La Habana. Actuó en los teatros Negrete, Reina, Fausto y muchos más. Cantó tangos en el Tropicana, en la obra Serenata Gaucha, del coreógrafo Rodney (Roderico Neyra). En el Show del Mediodía, cantó “Caminito soleado” junto al Conjunto Casino, lo que le valió un contrato en CMQ Televisión.

Ramil considera que fue la televisión la que le ayudó a darse a conocer y a triunfar con su público, como él mismo recuerda: «Creo que mucho del resurgimiento que hice con el tango en Cuba, se debió principalmente a ese maravilloso invento que es la televisión. Pues actuando a menudo en CMQ-TV, que abarcaba con sus repetidores toda la isla, mi figura y voz eran muy populares».

Llego a tal punto el reconocimiento, que los choferes del transporte público no le cobraban el pasaje, y le decían: «¿Cómo le vamos a cobrar al Gardel cubano?»

En 1953, fue contratado para cantar por primera vez fuera de su país, en Nueva York, Estados Unidos. A su regreso a Cuba, alcanzó su mayor éxito hasta 1955, año en que partirá definitivamente.

Ese año, en una de sus últimas actuaciones en los estudios de CMQ-TV, estaba el autor Horacio Sanguinetti, quien después de escucharlo le sugirió que fuera a cantar a la Argentina y más precisamente, a Radio Belgrano, «allí será tu consagración». Y así hizo. Envió su material discográfico a Buenos Aires y le contrataron para actuar varias semanas. Tuvo gran éxito en radio, televisión y diversos clubes, lo que permitió que su contrato se prorrogara por un año. Allí tuvo la oportunidad de conocer y cantar con Agustín Magaldi [h].

Pero antes de salir de Cuba, hizo un breve periplo por Miami y Nueva York. El motivo de no ir inmediatamente a la Argentina fue por las noticias del golpe de estado al Presidente Juan Perón. Lamentablemente, en Norteamérica no tuvo la repercusión que esperaba y, enterado del fin de la revolución, resolvió viajar, entonces sí, a Buenos Aires.

Luego de sus presentaciones en Radio Belgrano en el programa patrocinado por Jabón Manuelita, estuvo en la televisión y en una recordada actuación en el Parque Genovés del porteño barrio de Pompeya. Durante su estadía, aprovechó para visitar y dejar flores en la tumba de Gardel, junto a la viuda de Guillermo Barbieri y la señora del jockey Irineo Leguisamo que eran las que tenían las llaves de la bóveda.

Una vez concluido su ciclo en Radio Belgrano fue contratado por Radio Splendid para competir con Horacio Deval, que cantaba en su anterior emisora. También estuvo en la provincia de Mendoza y a su retorno, cruzó a Uruguay contratado por Radio Carve de Montevideo, donde actuó durante un año.

De regreso, volvió a actuar en la Argentina y cantó en Rosario (Santa Fe) y, enseguida, fue convocado desde la provincia de Córdoba para cantar en Radio LV2, en marzo de 1957.

Al poco tiempo, viajó a Chile, contratado por Radio Minería donde se quedó muchos años y tuvo un éxito enorme. Allí conoció a la actriz Gloria Montes con la que se unió en matrimonio. Los flamantes esposos actuaron en Perú, Colombia, Ecuador y nuevamente en Chile para afincarse definitivamente en Nueva Jersey (Estados Unidos), donde reside actualmente.

Por último, la definición acerca de sí mismo: «A Gardel no hay que imitarlo o igualarlo en el sonido de su voz... sino captar su alma musical, su manera de decir musicalmente... y vivirlo a través del sonido de cualquier voz y de cualquier color, pues creó un estilo vocal armónico, melódico, muy humano en su cantar... Inimitable... sólo se le puede procesar asimilándolo en su única forma, su decir espiritual. Y eso es todo lo más que se puede acercar para consolidar el repertorio del maestro. Poner en la voz, el singular sonido melifluo-humano-espiritual armónico y tratar de hacer vida un relato cantado... que eso es lo que es un tango».

Algunos datos de este artículo han sido tomados de una nota firmada por C.G.O., sin datos de publicación.