Por
Horacio Loriente

ació en el barrio Cordón, en Montevideo. Sin ninguna duda, es una de las más importantes figuras del tango en el Uruguay. Enamorado de esa música y del bandoneón desde niño, sólo asimiló seis meses de estudios que, sin embargo, le permitieron ir descubriendo los secretos de ese instrumento tan difícil.

Adolescente, formó en un trío encabezado por Juan Baüer (Firpito), complementado por el violinista argentino Federico Lafemina. Luego, formando pareja con Juan Granese, integra la orquesta del violinista Roque Pietrafesa, con Juan B. D'Angelo (piano) y Rochetti (batería). De allí pasa a la orquesta del Café Avenida, con Luis Rolero (piano); Joaquín Barreiro (batería); Arturo Bettoni y Rochetti (violines); Luis D'Andrea y Ratinho (metales) y sus compañeros de fila Héctor Artola y José María Mendizábal.

Este conjunto fue una especie de prólogo a la formación de la famosa orquesta de Donato-Zerrillo, de exitosas actuaciones que despertaron el interés del empresario del Select Lavalle de Buenos Aires, Sr. Álvarez, que lo contrató a fines de 1927, viajando todos a Buenos Aires. Edgardo Donato, Roberto Zerrillo y Antonio Piovani (violines); Héctor Gentile, Juan Turturiello y Juan Spera (bandoneones); Osvaldo Donato (piano); Ascanio Donato (cello) y José Campesi (contrabajo).

Gentile siguió en la orquesta durante un año, retomando luego a Montevideo. Lo encontramos en la temporada 1929 del Hotel Carrasco cuando Alberto Alonso y Juan Baüer compartían la dirección de las tres orquestas que actuaban allí. Posteriormente, bajo la batuta exclusiva de Alberto Alonso se presenta en los bailes del Teatro Urquiza y en el Cabaret La Bombonière, de la calle Convención.

En 1930, sin ensayos previos, viajan a Buenos Aires varios músicos uruguayos para grabar en Odeon, el conjunto tomó el nombre de Ramón Collazo. Dejaron para la historia seis temas y estaba integrado por: Ramón Collazo (piano), Raúl Bordoni y Alcides Ayala (violines), Héctor Gentile y Juan Spera (bandoneones), Héctor Liacci (cello) y Guillermo Peña (cantor).

Al año siguiente, Gentile resuelve formar una orquesta con la que debutó en los Hoteles Municipales. Enseguida, por mediación de un amigo, logra un contrato con el Sr. San Román para presentarse en el nuevo Café Tupí Nambá, de la Avenida 18 de Julio, entre Río Branco y Julio Herrera y Obes. Tocaban en tres turnos con gran suceso. A raíz del mismo, Visconti Romano los interesó para actuar en el Royal. La orquesta estaba formada por: Lalo Etchegoncelay (piano); Emilio Pellejero y Nicolás Agapios (violines); Gentile e Isidro Pellejero (bandoneones) y Pedro Terrón (bajo). A las dos semanas de actuación Romeo Gavioli sustituía a Nicolás Agapios.

Llegamos a 1932, forma un nuevo elenco y emprende viaje a Brasil. Primero se presentaron en el Cabaret Asirio, pasando luego al Copacabana. Creemos que es de estricta justicia seguir brindando las alineaciones, para destacar buenos músicos montevideanos. En principios, los actuantes en Río de Janeiro fueron: Víctor Terrón (piano), Juan José Pereyra y Víctor Puglia (violines), Gentile e Isidro Pellejero (bandoneones), Pedro Terrón (bajo).

La empresa grabadora Victor de Brasil los contrata y allí quedan, para la mejor historia, varios discos de un excelente conjunto al mejor estilo decariano. Lely Morel grabó los primeros estribillos, sustituida luego por la famosa Malena de Toledo. Poco antes de regresar al Uruguay, retomaron el pianista Terrón y el violinista Puglia, relevados en forma urgente con el viaje desde Buenos Aires de dos excelentes profesionales: Armando Federico y José De Caro.

La revista Cancionera anuncia el regreso a Montevideo en su edición del 23 de agosto de 1933 y la orquesta se presenta casi enseguida en Radio Carve. Existe un testimonio gráfico muy importante en el que se aprecia a varios de sus integrantes en la famosa foto de la actuación de Carlos Gardel. Gentile y Terrón —éste sentado— lucen entre una dama y el magno cantor.

En septiembre de 1934, nuevamente se presenta la orquesta Gentile en Buenos Aires, en el Cine París y luego, en el teatro, en oportunidad de representarse la obra Ya tiene comisario el pueblo, por mediación de Claudio Martínez Payva. Obtenía un gran suceso Romeo Gavioli, en imitaciones de famosos cantantes del momento. Obligado Gavioli a regresar por motivos familiares, Gentile disuelve el conjunto y, junto con Terrón se incorpora a la orquesta de Pedro Laurenz. Actuaban en el famoso Café Los 36 billares con esta formidable integración: Armando Federico (piano), Pedro Laurenz, Armando Blasco y Héctor Gentile (bandoneones), Alfredo Gobbi, Samy Friedhental y Francisco Oréfice (violines), Pedro Terrón (contrabajo).

Al promediar 1936, un músico polaco interesó a Gentile y Terrón para actuaciones en Europa. En principio no lo tomaron muy en serio, pero cerca de fin del año recibieron los pasajes y en diciembre, con los argentinos José Cacopardo (violinista) y Antonio Langelotti (bandoneón) embarcaron con destino a Oslo, Noruega, donde debutaron bajo la batuta de aquel músico polaco, que se llamaba Bernardo Alemany y se desempeñaba como violinista. Grabaron discos en París y al alejarse del conjunto, Gentile se incorporó a las filas de la orquesta de Eduardo Bianco.

Lo que sigue es innecesario detallar, porque habría que señalar una cantidad de lugares del mundo —hasta la China llegó– siempre triunfando con su bandoneón. Lo sorprende la segunda guerra mundial en Luxemburgo, donde contrae enlace. Al término del conflicto bélico vuelve a recorrer Europa con el conjunto de Rafael Canaro y luego, se instala en Alemania con Fioravanti Di Cicco.

En 1949, regresa a Montevideo y forma orquesta registrando actuaciones en CX14 Radio El Espectador, con muy buen suceso, al amparo de arreglos cargo de Héctor Stamponi, Argentino Galván e Ismael Spitalnik. La formación: Walter Beretervide (piano), Gentile, Isidro Pellejero y Armando Blasco (bandoneones), Ramón Panedas y Alfonso Escamés (violines), Néstor Casco (contrabajo) y Tito Etcheverry (cantor).

No fue un destacado compositor, pero existe un gran tango suyo, que grabara con la orquesta del Copacabana y bautizara Malena de ToledoMe querés [c]”, cuando ambos vivían un fugaz romance.