Por
Abel Palermo

ació en Rosario, provincia de Santa Fe. Todavía era un niño aún cuando le surge la inquietud por la música y el canto, a tal punto que comenzó a estudiar los secretos de la vocalización. La primera formación en la que intervino fue un trío infantil junto a dos de sus cinco hermanos.

Al cumplir 18 años, junto a un amigo pianista formaron el dúo Puertas-Garrido, ya con actuaciones radiales en su ciudad natal. Sus actuaciones llamaron la atención de Héctor Lincoln Garrot —El Fresedo Rosarino—, quien lo convocó a incorporarse a su famosa Orquesta Los Provincianos. Fue una estadía breve, pues había decidido viajar a Buenos Aires.

El bandoneonista Antonio Ríos se encargó de guiar sus pasos y le dijo que iba a tratar de contactar a Osvaldo Fresedo —que estaba buscando un cantor para acompañar a Roberto Ray—, ya que su estilo encajaba perfectamente con el del maestro.

A días de su llegada tuvo la oportunidad de cantar con la orquesta de Ciriaco Ortiz en algunos bailes y en salones de la periferia de la Capital. También Ricardo Tanturi se interesó en él, pero finalmente, la conexión esperada con Fresedo llegó a través de Ríos, que le había pasado el dato a su colega de instrumento y arreglador de la orquesta, Roberto Pansera.

Ya frente al maestro, dispuesto a escucharlo, hizo la prueba y fue aceptado inmediatamente. Recordemos que Fresedo regresaba a la actividad artística luego de un año de alejamiento. Luego de 25 años de relación con el sello Victor, ahora iba a grabar para Odeon, a través de su subsidiaria Columbia. Aparte de Pansera, la orquesta estaba integrada entre otros por Roberto Pérez Prechi, también arreglador y José Scalise en el piano. Garrido llega para ocupar el sitio dejado por Osvaldo Cordó.

El debut fue en LR1 Radio El Mundo y llegó al disco, entre noviembre de 1950 y noviembre de 1951, con siete temas: “Del tiempo de Gardel”, de Pansera y Homero Cárpena, el 29 de noviembre de 1950; “La calle maldita”, de Martín Darré y Roberto Lambertucci, el 8 de diciembre de 1950; “Vamos vamos zaino viejo”, el 19 de diciembre de 1950; “Déjame soñar”, el 31 de mayo de 1951; “Una y mil veces”, de Pérez Prechi y Alberto Andrés Silva, el 13 de junio de 1951; “Paisaje” (tango), el 9 de agosto de 1951; y “Sombra de humo”, de Pansera y Cárpena, el 21 de noviembre de 1951.

Luego, se retiró del conjunto y los cantables quedaron a cargo solamente de Héctor Pacheco. Las razones que tuvo para alejarse no llegaron a conocerse. En el ambiente corrió el chisme que pudo sentirse relegado por Pacheco, de quien agregamos que, durante 1952, llegó al disco 17 veces, es decir muchas más que Armando.

Enseguida, realizó una gira por varias ciudades de nuestro país y, de regreso, tuvo un paso breve por la orquesta de Carlos Demaría, que actuaba en reconocidas boites porteñas.

Siempre en el año 1952, fue llamado por su amigo —también rosarino— Nito Farace, con quien llegó al disco en cuatro oportunidades. Se trataron de grabaciones no editadas comercialmente pero a las que he tenido acceso. Menciono los títulos: “Carillón de La Merced”, “Cuando llegue el invierno”, “Amores de estudiante” y “Hermana”.

A continuación y durante unos años, fue acompañado por la orquesta de Manuel Buzón. Fueron actuaciones en vivo en distintas salas, sin llegar a los estudios de grabación.

Entre los años 1955 y 1956, fue requerido por Lucio Demare, cuando éste formó su segunda y última orquesta, para ocupar el lugar que había dejado el cantor Héctor Alvarado. Vuelve a la sala de grabación con: “Barrio de tango” y “Dónde”.

En esta época debemos destacar su aparición en el cine. Fue en el film El último perro, de Lucas Demare, producido en colores —algo no muy habitual en esos tiempos—, con la presencia actoral de Hugo Del Carril, recreando diversos aspectos de la lucha en la frontera contra los indios. En el reparto figuran Nelly Meden, Nelly Panizza, Mario Passano, Jacinto Herrera y otros. Se estrenó el 14 de marzo de 1956, en el Cine Ocean. En una escena de tardecita, al aire libre, junto a un fueguito, varios gauchos conversan y guitarrean, en un momento uno de ellos se pone a cantar una canción de Lucio Demare, “Buscándote”, ese es nuestro personaje a los treinta años de edad.

Hubo luego, una buena temporada por LR3 Radio Belgrano y finalmente, el alejamiento. Fue el último cantor del compositor de “Malena”.

Desde comienzos de la década del 60 se radicó en Mar del Plata y, tanto allí como en los alrededores cercanos, no dejó de cantar. Su conocimiento de música y canto, sumados a su delicado estilo le permitieron ejercer su profesión plenamente.

Finalmente, realizó sus dos últimos registros fonográficos, fue en 1965 acompañado por un conjunto dirigido por Juan Carlos Cirigliano, fueron: “Cristal” y “Un minuto nada más”.