Por
Oscar Zucchi

ació en el barrio de Balvanera. Como los hermanos Canaro, los Greco y los Pizarro, también los Polito fueron una familia tanguista, ya que los cuatro hermanos se dedicaron a la música. El mayor fue Pedro, seguido cuatro años más tarde por Antonio.

Si bien estaba bien cotizado como bandoneonista de fila, desde mediados de 1910 hasta la década del treinta, era técnicamente discreto, pero poseía una innata musicalidad y ejecutaba las variaciones melodiosamente. Le cabe el mérito de haber sido el bandoneonista de la primera orquesta de Francisco Canaro, interviniendo en las grabaciones que efectuara para el sello Atlanta, que sumaron sesenta y dos títulos, dos de los cuales le pertenecen: “Estoy sobrando” y “La rodada”.

Las lecciones elementales sobre el manejo del instrumento se las impartió Juan Bautista Deambroggio —Bachicha—, antes de su viaje a Europa. Comenzó a tocar en los bailes de patio y reuniones familiares y luego, formó parte de un trío junto a Samuel Castriota (piano), luego sustituido por José Martínez y, en violín, el desafinado Francisco Canaro, pero que estaba llamado a los más grandes destinos que se puedan dar en nuestra música popular. Se presentaron en el Teatro Olimpo de la calle Pueyrredón 1461 (entonces Centroamérica). Se los denominó el Trío Polito en el Olimpo, no por ser el director del mismo sino por haber hecho los enlaces para conseguir las actuaciones.

Para las primeras grabaciones se agregaron un segundo violín, Rafael Rinaldi y la curiosidad del gran músico Ruperto Leopoldo Thompson en el contrabajo, hasta entonces se había destacado como guitarrero.

La única fábrica de discos era la Nacional-Odeon, pero la exclusividad para grabar allí la tenía Roberto Firpo. Por tal razón, sus registros fueron en Atlanta, que enviaba a matrizar el material a Alemania; pero con el advenimiento de la primera guerra mundial, la comunicación interoceánica sufrió graves problemas. Entonces apareció el recurso de grabar en Porto Alegre. Por razones de presupuesto viajaron Canaro, Polito y Thompson, escuchando los discos parece que una flauta reemplaza al piano, un músico local habría sido el reemplazo.

De regreso, Polito formó un trío con Pascual Cardarópoli (piano) y Raimundo Petillo (violín) y para una gira por el pueblo de Bragado y alrededores se juntaron los hermanos Pedro, Antonio (guitarra) y Salvador (violín), siempre eran necesarios los pesos.

En el año 1916, en Rosario, los carnavales en el Teatro Politeama fueron animados por la unión de las orquestas de Firpo y Canaro, en la fila de bandoneones estaba Polito. Y, en los dos carnavales siguientes, en otra orquesta gigante, ahora para el Teatro Colón, también estuvo Pedro presente.

Pedro Polito llegó a dirigir la orquesta de Osvaldo Fresedo, cuando ésta actuaba en el Casino Pigalle, de la calle Corrientes 825. Entre los músicos que la integraban estaban Julio De Caro, José María Rizzuti y Hugo Ricardo Baralis, a éstos no les gustó pero tuvieron que aceptar. Ocurrió cuando Fresedo se fue a los Estados Unidos para grabar con la denominada Orquesta Select, que en realidad llegó a ser trío, dúo, quinteto y quizás alguna vez sexteto.

En 1922, Manuel Pizarro triunfaba en Europa cuando su amigo Marcelo Torcuato de Alvear fue elegido presidente de la Argentina. Al retornar desde París, el futuro mandatario se lo trajo consigo para animar el viaje. Pizarro quizo volver de inmediato a Francia pero su amigo Francisco Lomuto lo convenció para dirigir la orquesta que, habitualmente, presentaba en sus cruceros de placer el lujoso buque Cap Polonio. Fueron tres los viajes y allí estuvo Pedro Polito. En 1923, Pizarro se marchó a Francia y Lomuto quedó al frente de esa orquesta.

En 1925, Lomuto formó dos orquestas, una jazz-band y otra típica, en esta el bandoneón lo ejecutaba Polito. Un año más tarde, su viejo amigo Canaro lo convocó para viajar a Francia. Debutaron en el cabaret Florida, de París. Cuando Canaro regresó, se integró a la orquesta de los exitosos Irusta-Fugazot-Demare. A su lado estaban Héctor Artola y Lucas Demare, que poco conocía del instrumento, pero hacía pinta. De allí, pasó a la orquesta Bianco-Bachicha.

Regresó a Buenos Aires en 1931. En la década del 40 reconoció la evolución del tango, se sentía superado y su presencia como músico se fue raleando. Su hermano Antonio formó orquesta, la tradicional de ese tiempo con diez integrantes y cantor. Éste es Teófilo Ibáñez. Pedro ya no fue primer bandoneón, ese lugar lo ocupó Héctor Milano, y quedó como segundo de la fila. Actuaban en el Café La Colmena, de la Avenida Forest.

Su hermano Juan, vertió en un reportaje estos conceptos sobre su hermano mayor: «En una época en que la mayoría de los bandoneonistas utilizaban sólo tres dedos para tocar, él lo hacía con ambas manos, tocaba prácticamente de oído, pero era hábil para ejecutar las variaciones y sacaba un sonido fuerte». Posiblemente su última actuación haya sido en el Casino de Mar del Plata, en el año 1953.

Retirado, se instala en la localidad de Lomas de Zamora, festeja su cumpleaños y luego del almuerzo sale a caminar con su hermano Juan, por entonces el pianista de Juan D’Arienzo, para su sorpresa, Pedro le dice que se siente como un motor gastado (tenía 64 años) y agrega: «Pienso que fui un buen hijo y un buen hermano», negando a continuación el porqué de esa confidencia. Al día siguiente va a SADAIC en busca de algún dinero por sus derechos autorales, de regreso, subiendo una escalera en la congestionada estación de Constitución, cae al suelo y se produce su fallecimiento. Eran las 20:30 horas. En ese momento, su hermano Juan estaba actuando por la radio.

Como compositor no fue prolífico, 23 títulos pude contabilizarle; pero sí inspirado, tanto como para dar dos éxitos: “Caído del cielo”, en colaboración con Antonio, segundo premio en un concurso de 1927. Lo llevaron al disco Mario Pardo (solo de guitarra), Canaro, Firpo, Fresedo, Juan Maglio, Lomuto, Eduardo Bianco, Alfredo Attadía, Alfredo De Angelis y la única versión con letra, de su hermano Antonio, la registró Ignacio Corsini.

El otro fue “Color de rosa”, también con su hermano Antonio. En este caso las versiones son más numerosas: Firpo, Canaro, De Caro, Trío de Ciriaco Ortiz, Lucio Demare, Aníbal Troilo en dos oportunidades, Francisco Fiorentino, Alfredo Attadía, Eduardo Del Piano, Leopoldo Federico en solo de bandoneón.

Cabe destacar “Corto de genio”, registrada por Irusta-Fugazot-Demare y única obra suya grabada por Carlos Gardel.

Extraído de su libro: El tango, el bandoneón y sus intérpretes, volumen II, Editorial Corregidor.