Aquiles Roggero

Nombre real: Roggero, Aquiles
Violinista, director, arreglador y compositor
(12 marzo 1915 - 29 diciembre 1977)
Lugar de nacimiento:
Pehuajó (Buenos Aires) Argentina
Por
Abel Palermo

ació en Pehuajó, Provincia de Buenos Aires. Sus padres se llamaban José María y Luisa Giullini.

Se inició en 1935, en la orquesta característica Vitaphone, de su ciudad natal. Osmar Maderna era el pianista y Roggero tocaba el saxofón.

Al año siguiente, el recordado pianista formó la orquesta Los Rítmicos, que integraban Aquiles y Arturo Cipolla (violines), José Figueras y Francisco Lugiuco (bandoneones), Alberto Luna (trompeta) y Diego Rodríguez (batería).

En 1938, Maderna decidió radicarse en Buenos Aires, su lugar lo ocupó Carlos Rivoira y Roggero asumió la dirección orquestal hasta 1944, año en que él también se fue a la Capital

A principios de 1945, Maderna se desligó de la orquesta de Miguel Caló y formó su propia agrupación convocando a su amigo a encabezar la línea de violines. Debutaron en el Café Marzotto, de la calle Corrientes. Permanecerá junto al notable pianista hasta su trágica muerte, el 28 de abril de 1951.

La figura de Roggero ya había trascendido por su virtuosismo interpretativo. Sus solos de violín en “Concierto en la luna”, “Lluvia de estrellas”, “Escalas en azul” y, en especial, en el arreglo de Maderna en “Fantasía en tiempo de tango”, sobre un motivo de Monti.

A mediados de 1952, armó una orquesta en homenaje al maestro desaparecido que resultó un verdadero suceso: la Orquesta Símbolo Osmar Maderna. Para su conformación convocó a varios músicos que fueron sus compañeros en la orquesta del pianista. Se ocupó de los arreglos y debutaron el 1 de octubre ante los micrófonos de LR1 Radio El Mundo.

La orquesta estaba integrada por en director, Carlos Taverna, Edmundo Baya y Esteban Cañete (violines), Felipe Ricciardi, Toto Panti, Héctor Lettera y Jorge Ricciardi (bandoneones), Víctor Monteleone (contrabajo) y Orlando Tripodi (piano), con las voces de Adolfo Rivas y Orlando Verri.

Registraron para el sello Pampa, el instrumental “Lluvia de estrellas” y en el reverso con la voz de Adolfo Rivas, el vals “Pequeña”. En 1954, Rivas y Verri, fueron remplazados por Jorge Durán, quien luego de grabar el tango “Pordioseros”, se alejó, y lo sustituyó Tito Dávila, quien grabó “Soledad”. Luego se incorporó Horacio Casares.

A mediados de 1956, se alejó Dávila, y en su lugar ingresó Jorge Hidalgo. Durante esta etapa con la discográfica Pampa (1952-1957), la orquesta grabo un total de 32 temas.

Luego, fue contratado por RCA-Victor y llevó al disco “Fantasía en tango”, instrumental sobre un motivo de Johannes Brahms y, en el acople, con las voces de Carlos Aldao y Adolfo Rivas —de nuevo en la orquesta—, “Merceditas”, de Ramón Sixto Ríos, en tiempo de tango.

En 1959, se fue Aldao y en su lugar ingresó una voz femenina, Ruth Durante, quien inmediatamente registró “No, no llores más”, entre otras. Las últimas grabaciones de la orquesta en el sello fueron en octubre de 1960, “Brindis para navidad”, con la voz de Adolfo Rivas y la milonga “Papá Baltasar”, con la voz de Carlos Aguirre. Durante su existencia la Orquesta Símbolo Osmar Maderna dejó 53 grabaciones.

Después de un tiempo, participó como músico, una temporada, en la orquesta de Leopoldo Federico, para luego pasar por la de Miguel Caló. En 1968 fue contratado por el sello Forever para grabar, con la voz de Héctor De Rosas, los temas “Rosa de Tokio” y “Pero por qué”, los instrumentales “Selecciones de Osmar Maderna” y “Selecciones de Agustín Bardi”.

Al año siguiente acompañó, con arreglos y dirección de la orquesta, a Carlos Dante, en un disco larga duración. En 1970, hizo lo mismo para el sello Odeon, con Miguel Montero

En 1976, integró la Orquesta Típica Porteña, dirigida por Raúl Garello. Más tarde, armó una formación propia para realizar una temporada en el Teatro Argentino de La Plata. Sus última actuaciones fueron en los bailes organizados por el Club Villa Pueyrredón de Buenos Aires.

En diciembre de 1977, mientras realizaba una serie de grabaciones en el estudio de José Netto, sufrió un infarto fulminante y murió.

En cuanto a su labor autoral podemos citar, en primer lugar, su tango “Mimí Pinsón”, su obra más conocida, además, “Adiós maestro”, “Canción de lluvia”, “Y te necesito tanto”, “Brindis para navidad”, “La luz de la pensión”, “1915” y, a mi entender, su mejor obra, “Cromáticas”. No sólo nos dejó el recuerdo de su música y de sus brillantes interpretaciones, también dos notables músicos: sus hijos Aquiles y Luis, pianista y violinista respectivamente.