Por
Oscar Zucchi

ste porteño fue inicialmente guitarrista, su amigo de siempre, Eduardo Arolas, influyó para que optase por el bandoneón. Tenía dos hermanos músicos, Pascual que era pianista y Nicolás, guitarrista. Vivió mucho tiempo en Tacuarí 1870 y su zona de andanzas fueron el barrio de Barracas y el Parque Lezama.

Si bien fue hombre de fueye, sus primeros pesos los ganó con la guitarra en el Café de las Mercedes, en La Boca, haciendo dúo con el bandoneonista Antonio Cacace, muy popular en su época. Esto ocurrió hasta que conoció a Arolas, en 1909, una noche que cruzó la ciudad hasta la zona del Abasto.

Tocaron en numerosos bailes de patio con el agregado de un violinista orejero a quien conocían como El Quijudo. Ya como instrumentista de bandoneón, el mismo Arolas le habría pasado la primera pieza, un vals, “Las sirenas” y una de Alfredo Bevilacqua, “Recuerdos de la pampa”.

Su comienzo con el nuevo instrumento fue —hacia 1910—, junto al violinista Eduardo Monelos y el pianista Ángel Pastore, en el Café El Griego, de Nicolás Bardaka, aunque se llamaba en realidad Café Royal. Al año siguiente, en el Bar Argentino, de La Boca, integra un cuarteto junto a Tito Roccatagliata (violín), Carlos Hernani Macchi (flauta) y Agustín Bardi (piano). En 1912, se presenta en el Café La Buseca, de Avellaneda.

En 1914, está en la calle Corrientes en el Café Iglesias, sólo dos meses, junto a él, José Valotta (violín), José Fuster (flauta) y Francisco Pracánico (piano). Pero de inmediato, llega al Café Domínguez para la que fue quizás, la etapa de mayor relevancia en su carrera, permaneció en ese local hasta 1919, fue el «cuarteto bravo de Graciano De Leone» (según palabras de Enrique Cadícamo en las glosas del tango “Café Domínguez”). Estaba en Corrientes al 1500, enfrente del entonces Teatro Nuevo (hoy en ese solar se levantó el Teatro General San Martín).

Los muchachos tenían otras actuaciones y, según el pianista Nicolás Vaccaro, cuando llegaba el momento le decían a don Pedro Domínguez —dueño del referido café—, que se iban dos o tres meses y el gallego contestaba: «Váyanse, pero vuelvan». El primer cuarteto lo formaban De Leone (bandoneón), Alcides Palavecino, José Rafael Valotta (violines) y Nicolás Vaccaro (piano).

En 1915, formó un trío junto a Juan Carlos Cobián y el violinista Juan Pedro Castillo, para actuar en el Tigre Hotel, entre otros buenos lugares. En 1916, estuvieron en el Armenonville, reemplazando a Roberto Firpo que viajó a Montevideo. En 1917, forma otro trío junto a Emilio Marchiano y Peregrino Paulos. Hacen una gira por la provincia de Córdoba y de regreso actúan en El Tabarín, de la calle Suipacha. Es lamentable que un cuarteto tan reconocido no haya llegado al disco.

En 1918, viaja a Mar del Plata, esta vez con Francisco De Caro al piano y José Valotta con Fernando Franco (Zurdo), en violines. En 1924, integró la orquesta gigante de Julio De Caro para los bailes en el Salón L’Aiglon. En la década del treinta, realizó numerosos bailables de fin de semana, en ellos supo integrar el conjunto de un muy joven Alfredo De Angelis, se presentaron en Radio Ultra y siguió su derrotero hasta el final de una vida no tan larga.

Se han hallado 32 temas de su autoría, muchos de ellos llegaron a las salas de grabación: “Así canto yo”, que grabó Carlos Gardel en Barcelona, en diciembre de 1927 y Francisco Canaro con Ernesto Famá, en 1930; “Cinta azul”, con letra de Eduardo Escaris Méndez, que grabaron Juan Guido y Rosita Quiroga en 1928, y también, lo hizo Charlo con Canaro.

“De mal agüero”, instrumental dedicado a Agustín Bardi. Grabado por Firpo en 1918 y Julio De Caro para Brunswick (1929/32); “El pillete”, un clásico instrumental, registrado por Firpo en 1917, De Caro en 1927 y luego en Brunswick, El Cuarteto del 900 (Feliciano Brunelli, Elvino Vardaro, Aníbal Troilo y el flautista Enrique Bour), en 1936; Osmar Maderna en 1949 y Juan D'Arienzo, en 1973.

“El rey de la serpentina”, lo estrenó De Leone con su fuelle, en 1913. “Gaulois”, por el café de Avenida de Mayo 899, después llamado Bar Central, Grabado por Firpo en 1922. “Juramentos”, registrado por la orquesta de Minotto Di Cicco, en 1930.

La cornetita”, Osvaldo Fresedo lo registró instrumental, en 1927; “La dama negra”, Canaro en 1924; “La tristona”, también por Canaro, en 1927; “Repeluz”, Firpo (1917) y De Caro para Brunswick.

Tierra negra”, otro título destacado. Lo grabó Firpo, en 1917; Julio De Caro, en 1940; Carlos Di Sarli, en 1943 y 1952; D'Arienzo, en 1942; Canaro con Alberto Arenas, en 1951 y el Nuevo Cuarteto de Roberto Firpo, en 1947.

Un lamento”, con letra de Pedro Numa Córdoba. Posiblemente su tango mas exitoso, que registraron: Firpo, los hermanos Servidio, Carlos Di Sarli (dos veces), Cuarteto Firpo, Los Virtuosos (Vardaro, los hermanos De Caro, Carlos Marcucci y Ciriaco Ortiz). Y que cantaron Ignacio Corsini, Agustín Magaldi, Ángel Vargas, Jorge Maciel con Osvaldo Pugliese, entre otros.

“Viejo tintero”, con letra de Estrella Mamán. Grabado por D'Arienzo con Juan Carlos Lamas.

Además de estos títulos, también compuso algunas milongas, valses, rancheras y un pasodoble “Profecía gitana” que grabó Canaro con Carlos Galán.