Isusi

Nombre real: Mouso, José Teodoro
Letrista y pintor
(1 octubre 1905 - 29 mayo 2000)
Lugar de nacimiento:
Buenos Aires Argentina
Por
Ricardo García Blaya

ue todo un personaje, este multifacético porteño, bohemio empedernido, que escribía letras de tango y no le gustaba que le dijeran poeta, letrista nomás.

Nació en el barrio de Parque de los Patricios, en la calle Catamarca, frente mismo a la quinta de Francisco Moreno, aquel pionero de nuestro sur patagónico. Actualmente, en ese predio está el Instituto de Enseñanza Bernasconi. Luego, se mudó a Nueva Pompeya, a una vivienda en la calle De la Arena, que a partir de 1917, se llamó avenida Almafuerte, en recordación de poeta fallecido el 28 de febrero de ese año.

Nadie lo conoció por su verdadero nombre y apellido, para todos siempre fue Isusi. El motivo del extraño apodo hay que buscarlo en el fútbol. Durante su adolescencia estuvo fascinado por un arquero del Club Independiente, campeón de fútbol en 1922 y 1926: Pedro Isusi, que no dejaba de nombrarlo. La ocurrencia fue de los muchachos de la barra que lo bautizaron con ese apellido y así quedó.

En sus Cuadernos de Difusión del Tango, Salvador Arancio cuenta que abandonó pronto la escuela para ir a trabajar de aprendiz en más de una imprenta del barrio. Decía que por ese motivo se acercó a los libros. Lo concreto es que se hizo un gran lector.

A los 18 años comenzó a practicar boxeo y llegó a conocer tanto del ambiente que un periodista amigo lo recomendó y logró que lo contrataran, en el ya desaparecido diario República, por supuesto en la sección deportes. Llegó inclusive a organizar combates.

En una oportunidad, asistió con sus amigos a un festival artístico organizado a beneficio de un guitarrista, entre las figuras que actuaban, apareció un muchacho desconocido que cantó algunos temas a capella, se hacía llamar Armando Duval, en realidad era Alberto De Luca, el después famoso Cantor de los Cien Barrios Porteños, Alberto Castillo. Entablaron una gran amistad y fue su secretario y representante por algún tiempo.

Su primer tango “Pincelada” lo escribió en 1943 y fue el primero en llegar al disco, a mi gusto su mejor página. La música es de Emilio Balcarce y lo grabó Alberto Castillo con la orquesta del compositor, en 1944. Es la única versión que conozco.

Una vez, el poeta contó como había surgido su tema más popular, “Y así nació este tango”. Fue un fin de año lluvioso y frío, se bajó del tranvía y venía caminado a la madrugada para su casa, junto a la orilla del Riachuelo. Un poco cansado, entre cohetes y cañitas voladoras, sin cigarrillos y sin un peso, encontró un techo y comenzó a escribir. Y claro, resultó un tango.

El primero en grabarlo fue Domingo Federico con su cantor Carlos Vidal, en septiembre de 1944. Como autor de la música figura el pianista de aquella orquesta: Isaac Melecio Garcés, pero según Isusi le pertenece a Federico que habrá tenido sus razones en hacerlo figurar a su músico. Otro registro interesante es el de la orquesta de Enrique Rodríguez con la voz de Armando Moreno, en febrero de 1945.

El mismo procedimiento utilizó el compositor para la segunda grabación de una letra de Isusi: “Donde todos olvidan”, registrado en septiembre de 1945, también figurando Garcés como compositor.

Tiene registradas en SADAIC más de 50 obras. Entre las que llegaron a los estudios de grabación están: el candombe “Candonga” con música de Alberto Castillo y Jorge Dragone, grabado por Castillo y también por la orquesta del uruguayo Donato Racciatti; el tango “Pavadas”, con música de Mario Demarco y letra en colaboración con Julio Camilloni, registrado por Osvaldo Pugliese, en 1958, con Abel Córdoba, su cantor; el candombe “Sí señor tamborilero”, que Rubén Juárez registró en 1977, con el acompañamiento y arreglo de Raúl Garello.

Otros títulos suyos: “Luna ladrona”, una milonga compuesta por Argentino Galván; los candombes “Señora Blanca”, música de Arturo Gallucci y “Voz de candombé”, con Mario Demarco, ambos en la colaboración con Camilloni. Con Osvaldo Manzi escribió “Adiós a Pompeya” (1972) y con Jorge Dragone y Riobal (seudónimo de Alberto Castillo), “Dónde me quieren llevar”.

Su actividad como representante de artistas fue ocasional, en alguna oportunidad lo fue de la cancionista Carmen Duval y también, de la orquesta de Carlos Marcucci.

Fue uno de los fundadores de La Casa del Tango, en septiembre de 1967, junto a Nélida Rouchetto, el doctor Luis Adolfo Sierra, Olga Cabrera, Oscar del Priore y otras destacadas personalidades.

Además, fue un estudioso de los temas afroamericanos y, en particular, de lo referido a la esclavitud. Esta formación cultural se evidenció, tanto por su gusto por el candombe, como por el contenido de sus letras y, por su otra afición, la plástica. Su pintura titulada Candombe se encuentra en las oficinas de la OEA (Organización de los Estados Americanos), en Buenos Aires.

Era un asiduo concurrente al Bar El Águila, ámbito frecuentado por artistas y coleccionistas, en la calle Lavalle, en la misma cuadra donde funciona SADAIC y que no existe más.

Esta breve semblanza intenta rescatar del olvido a este habitante de la noche porteña, que escribió bellas páginas de nuestra música popular.