Horacio Molina

Nombre real: Molina, Horacio Manuel
Cantor, guitarrista y compositor
(2 septiembre 1935 - 11 septiembre 2018)
Lugar de nacimiento:
Buenos Aires Argentina
Por
Ricardo García Blaya

s uno de los cantores actuales que merecen todo mi respeto. Me parece original, de insuperable afinación y de una sensibilidad especial. Si bien, como dice un amigo, después de Gardel todo es un problema de gustos, yo me permito definir a Horacio, como un intérprete distinguido, sobrio, elegante, que canta como hay que cantar el tango, a media voz, sin estridencias.

De gran pinta y con fama de seductor, su canto realza las letras, con una excelente dicción, generando un clima que respeta el sentido dramático de los versos y sus metáforas.

Surgió al comienzo de los años 60, con una forma de cantar muy particular, distinto al resto de los vocalistas. No tenía tangos en su repertorio y parecía que entonara hacia adentro, como un reflejo exagerado de João Gilberto. Boleros y bossa nova eran los géneros preferidos.

Sus amigos, el pianista Sergio Mihanovich y los hermanos López Ruiz, lo presentaron a la empresa RCA-Victor, que en aquel entonces estaba dirigida en la parte artística por Víctor Buchino. Inmediatamente empieza a grabar, obteniendo un gran éxito.

Desde ese momento, su carrera empezó a crecer, siendo convocado al principal programa televisivo de ese momento: Sábados Circulares, que conducía Nicolás Mancera, donde permaneció bastante tiempo. También, participó en La Noche, otro ciclo de Mancera, donde compartió elenco con importantes figuras: Astor Piazzolla, Eladia Blázquez, Egle Martín, entre otros.

En 1965, vendrían las giras por el exterior y su incorporación al sello Columbia, y cinco nuevos discos que tuvieron gran repercusión, especialmente, en América Latina y en los Estados Unidos.

En Buenos Aires, actuó en las principales salas: Teatro Odeón, De La Cova, El Globo y café concerts: La Fusa y La Botica del Ángel, de Eduardo Bergara Neumann.

En 1970, fue invitado por Vinicius de Moraes para cantar en Mar del Plata y Punta del Este, junto con Chico Buarque, María Creuza, Toquinho, Naná y Dorival Caymmi.

Y por fin, llegamos a 1975, año en que Horacio decidió hacer un cambio trascendente, abandona su rutina y se dedica por completo al tango. Así inició una nueva etapa discográfica, que perdura hasta la actualidad. Su primer disco de tangos larga duración fue en CBS-Columbia y se tituló Por los amigos (1976).

Sus grabaciones cuentan con la participación de notables músicos: Antonio Agri, Quicho Díaz, Fernando Suárez Paz, Walter Ríos. La dirección musical estaba a cargo de Oscar Cardozo Ocampo, quien se convertiría en el guía y referente musical de Horacio, hasta su trágica muerte en un accidente automovilístico, en 2001.

En medio de la dictadura militar presidida por Jorge Videla, el cantor decidió irse a Europa, se instaló en Francia en el año 1978. Allí registró un disco acompañado por el guitarrista uruguayo Ciro Pérez y el bandoneonista Juan José Mosalini, el mismo que integró la orquesta de Osvaldo Pugliese, junto a los jóvenes, Daniel Binelli y Rodolfo Mederos.

Por ese entonces su tango era más lento y romántico. Quiero destacar un tema que grabó más de una vez: “Rubí”, que parece concebido para su estilo.

A partir de su disco compacto Barrio reo, en 1999, con la guitarra de Juanjo Domínguez, podemos apreciar un estilo definitivamente tanguero y más rítmico; su interpretación de “Porque soy reo” es excelente.

Recorrió todas las ciudades importantes de Francia. En París, se destacaron sus actuaciones en el Teatro Bobino, en la Gaitée Montparnasse y en el mítico escenario de Trottoirs de Buenos Aires, con el acompañamiento del bandoneonista Walter Ríos. La importante productora Eve Griliquez lo invitó en varias oportunidades a participar de su programa en France Culture, junto con el cantautor uruguayo, Daniel Viglietti.

Volvió a la Argentina en pleno proceso democrático, durante la presidencia de Raúl Alfonsín y ya su relación con el tango no se detuvo más. Realizó presentaciones en el Teatro San Martín, en el Teatro Alvear, en el local de Clásica y Moderna, en la Casona del Teatro y en otros prestigiosos escenarios.

Además, actuó en importantes salas del interior del país, por ejemplo, el teatro Coliseo Podestá de la ciudad de La Plata o el Teatro del Libertador, en la ciudad de Córdoba.

En el cine hizo una sola película, Cleopatra (2003), dirigida por Eduardo Mignogna, con Norma Aleandro, Natalia Oreiro y Alberto de Mendoza en los papeles centrales.

Lleva grabados más de doscientos títulos y, además, compuso obras en colaboración con Eladia Bláquez (“Lo vivido”), Carlos Barocela (“Nuestro refugio”, “Mi ciudad”), Albino Gómez (“Quiero contarle al viento”) y Teresa Parodi (“Corazón de pájaro”).

Hoy es miembro de la Academia Nacional del Tango y continúa trabajando para placer de los que gustamos del mejor tango.