ueño de una voz armónica, varonil, de delicado color y matices no comunes, en momentos en los cuales pareciera que entonar bien es un pecado. Reúne, además de sus dotes vocales, todos los atributos que distinguen a un porteño de ley y a una excelente persona.

Nació en Tandil, Provincia de Buenos Aires y comenzó su carrera musical a los diecisiete años con la Orquesta de Luis Giardino. Continuó sus estudios vocales y se perfeccionó con el maestro Julio De Caro quien, desinteresadamente, le ofreció sus conocimientos musicales, estudió solfeo y lo preparó para integrar un coro.

Se convirtió en amigo del maestro, pero hacia 1958 decidió abandonar el canto definitivamente. Sin embargo, ese adiós se transformó en pausa temporaria pues, en 1970, regresó a la actividad, esta vez de la mano de Carlos Figari, quien lo preparó para ese retorno, que se produjo en 1972 con el cuarteto del maestro.

Razones privadas cortan la continuidad de su labor, que en 1976 se ve reanudada, vinculándose esta vez a la agrupación Buenos Aires 5, dirigida por el pianista Mario Marmo, como cantor invitado en muchas presentaciones. Al año siguiente, fue invitado por Alberto Castelar para integrar su compañía.

Como solista que siempre fue, contó con acompañamiento de guitarristas muy importantes, como Roberto Grela, Antonio Siri, Juan Carlos Gorrías y otros. También, los conjuntos típicos de Oscar Bassil, Trío Marmo, el Trío Porteño —integrado por Jorge Cordone, Tito Nicosia y Carlos Cordone.

Actuó en televisión por la pantalla del canal 11 y posteriormente viajó a Europa cantando en el Club de los Césares de Roma.

A su regreso, comenzó una amistad con Charlo quien lo alentó a grabar y le ofreció su repertorio, su formación, su dirección orquestal, su apoyo y, si faltara algo, sus propias manos al piano. Con ese formidable acompañamiento artístico, apareció el disco larga duración Todo Charlo (1986).

Para la historia, el tema “Con el alma ciega”, fue la última vez que el maestro tocó el piano para un trabajo comercial. Ocurrió el 24 de septiembre de 1984, a las 16 horas.

Casi de inmediato, recibió la invitación del pianista y director Roberto Zanoni, para grabar en forma especial en su nueva agrupación dos temas a estrenar: “Muñecas del Barrio Norte” y “Compañera de facultad”, para el sello Almalí.

Por esa época, actuó con gran éxito, en el Centro Cultural General San Martín y trabajó en los hoteles Alvear Palace y Sheraton de Buenos Aires. También realizó una gira por Santiago de Chile.

Registró una nueva placa para el sello Almalí, esta vez con el acompañamiento del maestro Oscar Cardozo Ocampo. El disco se tituló: Hay una niña en el alba y fue presentado el 28 de noviembre de 1990, en el Teatro Mateo Booz, de la ciudad de Rosario donde recibió el disco de platino.

Realizó presentaciones en el circuito tanguero porteño, como en El Viejo Almacén, el Teatro Luz y Fuerza y en el Café Tortoni.

En 1993, el sello Almalí —en el que cumplía 15 años de trabajo— le propone una nueva grabación, esta vez compartiendo cartel con el bandoneonista Ernesto Baffa. El disco se terminó de grabar en agosto de 1993 y fue presentado en el primer semestre de 1994.

Vuelve a trabajar con con Oscar Cardozo Ocampo en 1998, grabando 16 temas para el compacto Tango 2000, editado por el sello Fonocal. En esa placa interviene en su último trabajo discográfico el gran violinista Antonio Agri.

En el 2000 inicia otra grabación, el CD Brindis de tango, acompañado por el Quinteto de Reyes, que dirige Ángel Sanzó.

Como autor ha creado varias obras junto a Ángel Sanzó: “Flor y flor”, “Milonga”, “Soy carrero del cuarenta” (milongas), “Caminando” (bolero), “El tango y yo”. Junto a Ricardo Martínez la marcha “Mercosur” y el vals “Ecos”. Con Eduardo Dantin el candombe “A San Telmo y Monserrat”. “Flor del río”, “Maribel”, “Mujer”, “Yo te creí” con Eduardo Barrera. “Un criollo llamado Patria”, con Roberto Zanoni y “Mi viejo sauce”, con Ernesto Baffa. Como autor y compositor hizo “La perla del oeste”.

En TV su trabajo más destacado fue para Crónica TV, y en 1991 obtuvo el Trofeo Charlo y dos años después, El Gardel de Oro.

Vaya nuestro humilde homenaje a este gran artista de nuestro tango, que aún seguimos disfrutando.