Es considerada por la crítica europea como “la más francesa de las pianistas argentinas” y ha registrado la obra completa para piano solo de la compositora rusa Sofía Gubaidulina. Pero Marcela Roggeri tiene, además, una atracción por compositores americanos que van desde Aaron Copland hasta Guastavino, pasando por Villa-Lobos, Ginastera y quien nos ocupa en este registro, Astor Piazzolla. Junto al clarinetista Florent Héau deciden hacer un corte en el vasto repertorio del compositor para ofrecer clásicos y piezas no tan frecuentadas. El manejo de las dinámicas es esencial a la hora de hacer sonar la profundidad de las obras de Piazzolla y ambos músicos lo realizan estupendamente: sólo con el volumen y el toque, el piano pasa de ser un instrumento solista o una cajita musical a un preciso ensamble de cámara y hasta una enorme orquesta sinfónica. Héau, por su parte, hace que el clarinete comparta no sólo sonoridades con el bandoneón y el violín sino también la capacidad de este instrumento para llevar adelante las líneas melódicas con un rango de expresión que puede susurrar en la bachiana “Milonga en re” o bailar desenfrenadamente en “Bordel 1900”. Una de las muchas joyas que ofrece el registro es “Adiós Nonino”, con una lectura menos dramática y que propone una versión con una melancolía casi risueña, que olvida un poco la muerte para concentrarse en evocar todos los buenos momentos compartidos.